Vive hoy, ama el mañana y únete para siempre. Estos son los mantras de Tomorrowland, un sueño hecho realidad muy bien organizado y lleno de frases grandilocuentes que en cuanto pisas el terreno cobran todo el sentido. Es como una fantasía de la que cuesta salir, porque cuando se está en un festival así la evasión se apodera de las mentes y los problemas parecen no existir. “Cada rincón del festival contribuye a la sensación de estar en otro mundo”, contó a EL PAÍS Debby Wilsen, jefa de prensa del festival. Aunque este año sí que hubo problemas, nada más y nada menos que un incendio que arrasó con el escenario principal del mejor festival de música electrónica del planeta dos días antes de inaugurarse esta decimonovena edición. Pero la magia de este evento y de sus 16.000 trabajadores hizo que finalmente hubiese música en el gran anfiteatro de Boom, en Bélgica, este primer fin de semana de fiesta. Eso sí, no fue la mega construcción psicodélica inicial que llevaban planificando dos años, denominada Orbyz, de 45 metros de alto y 160 de largo, pero hubo escenario. Del universo mágico y paradójicamente helado, teniendo en cuenta el fuego que finalmente lo destruyó, y de donde surgía una comunidad que vivía oculta bajo el hielo y la nieve, la pista central pasó a convertirse en una improvisada plataforma negra, sobria pero eficiente. Todo gracias al trabajo de cientos de personas que no durmieron para que la joya de la corona del popular festival estuviese abierta al público a las 16.00 del viernes, y a la ayuda, entre otros, de Metallica que prestó parte de su equipo en la gira WorldWired para construir el montaje alternativo. Tampoco faltó la pirotecnia, los visuales y el confeti, aunque de fondo y muy presentes para todo el público estuvieron siempre los restos calcinados del mainstage y las grúas que eliminaron parte de la estructura incendiada, algo que emocionaba a asistentes y a DJS.Pero ya lo decían los artistas y el público: “Tomorrowland es más que un escenario”. Tomorrowland ha evolucionado de un festival local belga a una marca global de entretenimiento, con una facturación consolidada de 244 millones de euros en 2024. Cuenta con un total de 15 espacios circenses repartidos a lo largo del parque De Schorre, entre nenúfares, humo y antorchas, llenando de música un espacio mágico que a veces parece una localización de El señor de los anillos. Se trata de Freedom, The Rose Garden, House of Fortune, Elixir, Cage, The Rave Cave, Planaxis, Melodia, Rise, Atmosphere, CORE, Crystal Garden, The Great Librery, Moosebar y The Gathering, donde se dio la bienvenida al festival el pasado jueves a los habitantes de Dreamville, el camping donde se alojan muchos asistentes.Impresiona ver la cantidad de gente que abarrota este rincón equivalente a 63 campos de fútbol: 200.000 personas cada uno de los dos fines de semana con una media de 28 años de edad. Pero impresiona más ver que vienen de todas partes del mundo, hasta 200 nacionalidades, una de las más destacadas la española: “Esto es Españaland”, se escuchaba en el festival. La gran mayoría de ellos, ataviados con sus banderas a modo de capa y algún que otro outfit de película: desde el típico look Coachella hasta el estilo más futurista, pasando por las transparencias y los complementos más extravagantes. En Boom nadie hace el ridículo y todo vale en un festival donde los asistentes llevan, sobre todo por el precio y lo que cuesta conseguir una entrada, meses, e incluso años, preparando uno de los viajes de sus vidas. Tomorrowland es la experiencia que cualquier amante de la electrónica busca vivir al menos una vez en la vida. Han pasado dos décadas desde que se crease allá por el año 2005 y este domingo ha terminado el primero de los dos fines de semana con los espectaculares cierres de Amelie Lens, David Guetta y Dimitri Vegas junto a Steve Aoki. Lo ha hecho en el lugar de siempre, el parque de De Schorre, en la ciudad belga de Boom. El recinto de baile mide 340.000 metros cuadrados y por él pasan más de 850 artistas entre los seis días que dura el evento (del 18 al 20 y del 25 al 27 de julio), unas fechas que aumentan para los habitantes de Dreamville.Los mejores DJ pasan por el festival. “Respetamos nuestras raíces a la vez que innovamos constantemente, por eso encontrarás techno, house, hardstyle, progressive y mucho más. Nuestra comunidad es curiosa y abierta, y nos enorgullece evolucionar con ellos”, aseguran desde la organización. Este año lo protagonizan 10 de los 12 mejores: Martin Garrix, David Guetta, Dimitri Vegas, Like Mike, Alok, Armin Van Buuren, Timmy Trumpet, Hardweell o Steve Aoki. Y por supuesto, el cartel deja ver el incuestionable poder femenino con las reinas de la electrónica a la cabeza: las estrellas globales del techno Amelie Lens, Sara Landry y Charlotte de Witte -que ha sido la primera artista en abrir y cerrar el escenario principal en una misma jornada-. Así como la presencia de dos españolas clave en la escena electrónica mundial: el fenomeno del psytechno Indira Paganotto, la artista nacional mejor posicionada según el ranking de la revista especializada DJ Mag; así como B-JONES, que fue la primera DJ española en pinchar en el escenario principal de Tomorrowland, en el año 2022, y que ha repetido por cuarta vez. Wilsen, representante del festival, dijo en declaraciones a este medio que el auge del talento femenino “es una de las evoluciones más emocionantes de los últimos años”. Insistiendo en que no solo se se trata de carteles, sino de “representación e influencia”: “Estas artistas están transformando el género de forma inspiradora, y nuestros escenarios reflejan ese cambio. El cartel de 2022 contaba con un 15% de artistas femeninas, ahora tenemos más del 20 %”. Y mencionó la importancia de los referentes: “Cada vez más chicas jóvenes se inscriben en los talleres porque ven representación en los escenarios. Charlotte de Witte es un gran ejemplo para muchas”. Precisamente de Witte solía actuar bajo el nombre de Raving George al principio porque no estaba convencida de que la contrataran de otra manera y acabó actuando en Tomorrowland bajo ese nombre.En una entrevista previa, la jienense B-JONES también contó a EL PAÍS que ser DJ no es fácil, y que compaginar su trabajo con la maternidad, menos. Insiste en que la gente se piensa que es estar de fiesta, pero que eso está lejos de la realidad. Asegura que la clave es el orden y la pasión, que su día empieza a las 6 de la mañana y que dedica mucho tiempo a sets como el de Tomorrowland: “Ese día se me quitan los nervios, hay mucha presión, es un directo que se retransmite a todo el mundo, quieres que todo salga perfecto, cada canción. El mes de antes estoy como en una tirolina, quiero hacer mi mejor show, miro cada detalle, parece que me caso, pienso en la ropa y en todo. Es una responsabilidad subirme a ese escenario delante de toda la industria y quiero representar a los españoles de la mejor forma, dejar la bandera por todo lo alto”.Lo cierto es que el programa de este año cuenta con la mayor presencia española de la historia del festival. Además de las ya mencionadas, el evento ha programado a DJ Nano, Abel The Kid, Fonsi Nieto, Wade, Brian Cross, IMHAPPY, Shake Coconut, James de Torres, Sparrow & Barbossa, Valentin Huedo, Oriol Calvo, Unicorn On K, Cence Brothers o Suttlek. “Por muchos años que lleve, tengo muchos nervios, es el mejor festival de electrónica del mundo. Tengo ganas de representar a mí país”, contó Abel The Kid a EL PAÍS antes de su show de este pasado sábado. Además, dio dos claves del éxito en la representación española: la importancia de Ibiza como epicentro de la electrónica y que los DJ españoles están haciendo las cosas bien. “Cada año sigue creciendo nuestra presencia, al final al público le pedimos que se fije en nosotros, estamos acostumbrados a que se fijen en los de fuera”, concluyó. Debby Wilsen explica que trabajan con un equipo musical interno dedicado por completo a esta tarea y que colaboran estrechamente con los anfitriones y comisarios de cada escenario. “Es un delicado equilibrio entre leyendas, artistas que innovan y el talento del mañana. El proceso de comisariado comienza con más de un año de antelación y se guía por la diversidad, la calidad y la conexión con el público”, concluyó.Dreamville, ciudad de acampada, ¿dígame?Muchos de los que pisan el cesped de Tomorrowland se alojan en Dreamville, una urbe inventada en la que habitan 38.000 personas durante cinco jornadas y cada una de las dos semanas de festival. Esto convierte esta zona de acampada gigantesca en en una especie de ciudad con todas sus comodidades. Sus habitantes cuentan con peluquería, panadería, un supermercado Carrefour, un restaurante y también con pistas de tenis, de padel y de tenis de mesa. Además, también hay un área de recuperación equipada con gimnasio, clases de trabajo grupales, clases de boxeo y de yoga. Está ubicado junto al recinto, en Rumst, mide lo mismo que 148 estadios de fútbol y tiene más de 900 duchas y un millar de baños. Ofrece hasta 19 paquetes diferentes de alojamiento. Puedes traer tu propia tienda, elegir dormir con hasta 9 amigos más o tumbarte en el colchón hinchable de una que ya esté montada; pero en Tomorrowland siempre hay una opción más lujosa: alojamientos con camas, piscina o restaurante; y el nivel más alto, solo apto para unos pocos privilegiados, que cuentan con personal de recepción 24 horas, jardín, baño privado y nevera abastecida. Asistentes a Tomorrowland en Dreamville.OLIVIER MATTHYS (EFE)Música clásica, Avicii y vino espumosoEn Tomorrowland los mejores temas de la electrónica también se han podido escuchar de la forma más clásica gracias a The Symphony of Unity, que ha vuelto a traer la música en directo al escenario Freedom. En esta edición, esta composición especial para el festival se ha representado dos veces consecutivas en una misma jornada en uno de los escenarios cerrados de la cita. Y diez años después de la última actuación del fallecido Avicii, el festival ha rendido homenaje al sueco con una experiencia inmersiva en la que los asistentes pueden remomorar sus legendarios sets de 2011, 2012, 2013, 2014 y 2015. Durante esos años, Avicii fue una de las figuras más destacadas del escenario principal de Tomorrowland, donde cada verano compartió melodías que trascendieron fronteras como Levels. Tocó esta canción aquí en 2011, antes de que se publicase y se convirtiera en un himno mundial.“La magia está en los detalles. Incluso nuestros contenedores de basura están diseñados para inspirar alegría”, explicó la portavoz oficial del festival, Wilsen, a EL PAÍS. “Cada año, reinventamos cada detalle, desde el diseño del escenario y la selección artística hasta los cubitos de hielo y las servilletas”, agregó. Hay personal dedicado a recoger vasos y cualquier tipo de basura, un servicio de reciclaje preciso, un servicio automático que detecta que se ha devuelto el vaso e ingresa el dinero que se ha pagado como depósito en la cuenta nuevamente y las caras más amables que se pueden ver en una organización, siempre dispuestas a ayudar.Hay también una escuela de DJ y producción que luego lleva a algunos talentos a actuar en el festival, con campamentos para aprender a pinchar los días previos, con radio oficial, con sello discográfico propio y con varias tiendas oficiales donde comprar merchandising de Tomorrowland. Pero el poder de Tomorrowland, fundado por los hermanos Manu y Michiel Beers, llega también a los Alples franceses y a Brasil. En estos dos lugares y desde hace varios años se despliegan dos versiones del festival, una más invernal que se celebra en marzo y otra más tropical que tiene lugar en octubre, sumando un total de 800.000 asistentes. Además, Wilsen aseguró que volverían a Estados Unidos con un espectáculo innovador en The Sphere, en Las Vegas, y que están preparando una edición de Tomorrowland a gran escala en Asia de cara al año que viene. “La música electrónica es universal. Trasciende idiomas, fronteras y edades. Une a las personas como pocos géneros pueden. Ahora mismo, con su fusión con el pop, la moda y la cultura, la música electrónica está prosperando globalmente. Siempre ha sido popular en Bélgica y en países vecinos como los Países Bajos. Muchos artistas son belgas o de países vecinos”, contó a este medio la responsable de comunicación del festival.

72 horas en Tomorrowland tras el incendio que arrasó con su escenario principal: “Esto es Españaland” | Cultura
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