¿Qué fue de aquellos edificios en su momento modernos, que tuvieron una función importante? ¿Y de aquellas instalaciones industriales que fueron punteras? Esa sensación manriqueña de melancolía atraviesa el recorrido por la exposición Después de todo. Fotografía en la Colección Helga de Alvear, en el Espacio Cultural Serrería Belga, en Madrid. La muestra, una de las centrales de la programación oficial de PHotoEspaña, reúne alredededor de 40 imágenes (incluido un mural y varias de gran formato), realizadas en su mayoría por autores de la denominada Escuela de Düsseldorf, formados a partir de mediados de los setenta siguiendo la senda de los maestros de esta corriente, el dúo profesional y personal formado por los alemanes Bernd y Hilla Becher.A ese aire desangelado que hay en las imágenes contribuye que, en la mayoría de los casos, no hay humanos, aunque esté su huella. María Jesús Ávila, comisaria de la exposición junto a Sandra Guimarães, explicó en la presentación a la prensa, el lunes 2 de junio, que estas fotos muestran “cómo una arquitectura, un espacio, puede transformarse, puede cambiar”. Dicho esto, precisamente, en un marco como la Serrería Belga, edificio industrial del siglo XX y hoy espacio expositivo que depende del Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid, y en el quedan vestigios de lo que fue. La exposición, gratuita, puede visitarse hasta el 27 de julio.’Casa de entramado de madera’, en Salchendorf (1959), de Bernd & Hilla Becher.Cortesía del Museo Helga de Alvear, CáceresEntre las piezas expuestas destacan las que documentan la crisis industrial y social de los años cincuenta en Alemania, que retrataron los Becher, como se ve en su serie sobre depósitos de agua, captados majestuosos, pero ya inservibles. Esta pareja está reconocida por su titánico trabajo de haber fotografiado a partir de 1959 las estructuras industriales que se iban desmantelando en su país y en otros, como Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo o Reino Unido. Para estos maestros del documentalismo de la llamada Nueva objetividad, esas construcciones solitarias tenían, no obstante, alma, personalidad.La directora de PHotoEspaña, María Santoyo, recordó que el título de esta exposición es también el lema de esta 28ª edición del festival internacional de fotografía más importante de España. Ese “después de todo” se refiere “a la fotografía como herramienta crítica, a su relación con la realidad histórica en un tiempo de conflicto y transformación”, y en el caso de las imágenes de esta muestra, habla “de lugares en descomposición o en recomposición”. Se recogen momentos que en algunos casos han representado el fin de algo y también un punto de inflexión en la historia de la fotografía. ‘Casas’ (1988-1989), de Thomas Ruff.Cortesía del Museo Helga de Alvear, CáceresSantoyo y las dos comisarias tuvieron palabras de recuerdo para Helga de Alvear, la gran coleccionista, galerista y mecenas alemana, fallecida el pasado 2 de febrero a los 88 años. Esta exposición con sus fondos fotográficos había empezado a prepararse antes de su muerte. “Fue una visionaria, una pionera como coleccionista del vídeo y la fotografía. Ella vio que la fotografía era una representación creativa cuando no había conciencia de que era mucho más que archivo”, señaló Guimarães, directora del Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear de Cáceres, que abrió sus puertas en febrero de 2021.Guimarães apuntó que la colección del museo está en torno a las 3.000 obras, de las que “cerca de 1.000″ son fotografías. Así que hay material de sobra para próximos montajes expositivos. Como ella dijo: “Este es un primer capítulo”.Ávila destacó que los primeros fotógrafos de los que compró obra De Alvear ―que tómo el apellido de su marido, el arquitecto Jaime de Alvear― fueron precisamente los de la Escuela de Düsseldorf.Vista de obras expuestas en la exposición ‘Después de todo’, en el Espacio Cultural Serrería Belga, en Madrid.JorqueraDe ese colectivo vemos, por ejemplo, los edificios tristones, con sus paredes desconchadas, que retrató Thomas Ruff, o el gran mural fotográfico que recibe al visitante, Monumento 5/18 (Berlín), de Frank Thiel, del año 2000, que recoge un inmueble en proceso de demolición. Estos autores buscaban aquello a punto de desaparecer y que rápidamente sería reemplazado.Fotografías de la serie de Torres de refrigeración de Bernd & Hilla BecherCortesía del Museo Helga de Alvear, CáceresUna sensación diferente, casi de asfixia, envuelve otras imágenes, como el solar rodeado de rascacielos, a la espera de que se levanten más, en Hong Kong, de Andreas Gursky, o el bullicio de otra ciudad asiática, Shanghái, en la que los carteles publicitarios de Coca-Cola y los de marcas locales saturan las calles en una competición cromática, en una imagen de Thomas Struth.
Retrato melancólico de una arquitectura en extinción | Cultura
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