La inteligencia artificial generativa cambiará tantas cosas que puede alcanzar incluso disciplinas inesperadas, como la historia. La historiadora y filósofa Marnie Hughes-Warrington, de 55 años y nacida en Victoria (Australia), empezó a investigar el impacto de la IA en la historia mucho antes de ChatGPT. En 2019 se fijó en cómo un robot había pasado un examen en Japón con un ensayo histórico. “Al principio la gente me decía: ‘No te creo’. Pero ahora ya dicen: ‘Vaya, pues sí, pueden escribir’. A veces los historiadores somos bastante buenos anticipando el futuro porque vemos por dónde van las tendencias”, dice por videollamada desde su país.Hughes-Warrington, que es también profesora en la Universidad del Sur de Australia (Adelaida), está inquieta no solo por cómo la IA influye nuestra visión del pasado, sino también cómo crea u ordena la mayoría de material que quedará de nuestra época. Puede parecer algo aún remoto, pero esta semana el Real Zaragoza generó un vídeo para sus socios donde mezclaba imágenes de archivo e IA y los comentarios eran positivos. Son recuerdos irreales de un pasado inexistente. Hughes-Warrington acaba de publicar un libro, de momento solo en inglés, sobre cómo nos afectará todo esto: Artificial Historians. En esta entrevista explica alguna de sus preocupaciones.Pregunta. ¿Qué es un historiador artificial?Respuesta. Es una máquina. Es un algoritmo. Son máquinas que hoy están trabajando con nuestro pasado y también con el pasado de personas que ya han muerto.P. ¿Con qué trabajan?R. Cada registro curado por un algoritmo es una historia.P. ¿Por qué la IA es tan importante para la historia?R. La mayoría de las historias ya no las hacen humanos. Tu historial en internet no lo escribe una persona sino tu móvil, tu portátil. Cada cookie es como una pequeña historia que se escribe sobre ti. Tus fotos del móvil, con todos esos vídeos y presentaciones automáticas, también son tu historia. Todo eso lo generan máquinas. Los historiadores profesionales somos solo una pequeñísima parte de quienes están escribiendo ahora la historia. P. ¿Pero realmente esas pequeñas historias serán importantes para escribir la historia del presente?R. Sí, cada persona que tiene un dispositivo ve su historia editada por estas máquinas, y todos esos datos pueden ser usados por un modelo de lenguaje para escribir historias, como si fueran libros sobre cualquier tema: sobre Australia, sobre cómo se navega por el Mediterráneo, qué piensa hoy la gente que es un gatito comparado con lo que pensaban en 1980 o cómo son quienes llevan relojes inteligentes. Lo que nos devolverán esas historias será una especie de reflejo de nuestros intereses. Nuestras fotos son material de archivo que las plataformas pueden recopilar y devolvérnoslo en forma de historia, como en una especie de presentación de diapositivas. De hecho ya está pasando. A la IA le encanta decirme: “Esto es lo que estabas haciendo hace cinco años”.P. La IA se equivoca.R. Hay alguna área técnica muy importante que todavía necesita mejorar. Una es la marca temporal en los datos para poder construir cronologías coherentes. Si la IA pudiera usar mejor la lógica temporal, entender que esto pasó antes que aquello, sería un gran avance. Eso sí que sería impresionante. Por ahora, puede hacer cosas bastante simples, como revisar tus fotos y ordenarlas de antigua a reciente. Su capacidad de archivo todavía no es perfecta, pero mejorará.P. ¿La IA también será un problema para la percepción del pasado histórico?R. El otro día vi un clip de 2 minutos sobre la Segunda Guerra Mundial hecho con IA. Cada vez lo veremos más.P. ¿Pero la gente se cree eso?R. Es una buena pregunta. Hay investigaciones muy sólidas que muestran que la mayoría de la gente conecta con la historia a través de imágenes. Si hicieras una encuesta ahora mismo, probablemente dirían que la IA y el streaming son las dos formas más populares de acercarse a la historia. ¿Pero confiar en eso? No. Lo que más confianza genera son los objetos en los museos. Porque es algo físico, directo, que puedes ver. Cuanto más texto hay, menos se fía la gente. Pero eso no impide que lo sigan usando. La pregunta que todos debemos hacernos es si comprobamos todas estas cosas. ¿Estamos seguros de si la tecnología está interesada en la verdad, en los hechos, igual que los historiadores o es solo una forma de entretenimiento para la gente?P. ¿Y qué es?R. Para mucha gente, la historia es una forma de entretenimiento, pero les resulta absorbente, les engancha. Cuando preguntas sobre textos o imágenes generadas por IA, dicen que los textos están muy bien. Pero hay algo más: la IA nunca usa la palabra “quizás”. Siempre suena muy segura de lo que dice. En cambio, los historiadores siempre decimos cosas como “quizás”, “es posible”, “tal vez”.P. La IA no matiza.R. El estilo de la IA suele ser más seguro, más contundente, porque los usuarios tienden a confiar más si no usa palabras como “quizás”. Hay estudios que muestran que, si escribo en primera persona, no digo “quizás” y termino con una pregunta, es más probable que confíes en mí. P. En el libro pide a la IA párrafos que puedan ganar el Pulitzer. ¿Qué salió?R. Escogió temas bastante populares, muy centrados en EE UU, porque la mayoría de las plataformas son estadounidenses y la mayoría de usuarios también. Para alguien como yo, que soy australiana, el contenido está claramente dominado por lo estadounidense. A veces hay algo europeo, pero realmente no refleja de dónde vengo. Aunque si activaba los servicios de ubicación a veces conseguía que la historia se conectara más con mi lugar de origen. Y, claro, muchas veces usaban la primera persona. P. Porque es más convincente.R. Sí. Y les pedí también que describieran un tema histórico relacionado con la historia familiar. No decía de qué familia, pero todos respondían con “mi abuelo”. La IA Claude tiene un abuelo, y a la de Gemini tiene una abuela. Decían: “Mi abuela creció en una granja de tabaco en el sur de Estados Unidos”, y yo pensaba: “¿De verdad? No, en realidad no”. Es muy entretenido. Pero también ves cómo funcionan estas plataformas. La gente dice que alucinan, pero yo simplemente diría que se equivocan. Se inventan abuelos. Hablan en primera persona como si realmente hubieran vivido esas historias.P. ¿Le preocupa que se difuminen las líneas entre materiales históricos auténticos y sintéticos? R. Sí. Hoy puedes coger una foto familiar y animarla. Puedes añadir personas. Puedes generar un noticiario con filtro sepia como si fuera de la Primera o la Segunda Guerra Mundial. Podemos generar nuevas imágenes. Podemos crear avatares de personas fallecidas y hablar con ellas. Puedes chatear con Emmanuel Kant. Aunque no estoy seguro de que quisiera tenerlo como coach. P. ¿La gente chatea con Kant en serio?R. Algunos sí. Mucha gente encuentra inspiración, por ejemplo, en los estoicos. No dudo que haya personas que sinceramente lo encuentren muy útil. Y no querría negarles la oportunidad de hacerlo. El problema viene cuando creas un avatar de una figura histórica, pero no hay material suficiente sobre esa persona. La mayoría de la gente eso lo detecta bastante bien. No son tontos. P. ¿Y un chatbot creado con los archivos de Napoleón o Isabel la Católica puede ser útil para la educación?R. Si se usa de forma aislada, es un problema. Pero no si lo combinas con otras cosas. Kant no es fácil de leer. Leer a Kant requiere esfuerzo, trabajo duro. ¿Se pierde ese esfuerzo, esa responsabilidad de enfrentarse al texto, en este nuevo contexto? El chatbot lo haría más accesible, y eso no es algo negativo. Pero la idea de que Kant me dé consejos de vida, ya es otra cosa. Si leo a Kant sobre la racionalidad, perfecto. Pero si el chatbot me dice: “Esto es lo que dice Kant en esta sección”, vale, estupendo. Pero si le pregunto: “Kant, ¿debería tomarme una taza de té antes del desayuno?“, y el chatbot responde: “No, nunca tomes té antes del desayuno”, ahí es donde me preocupo. Porque eso no es Kant. Somos nosotros proyectando algo más en esos datos sintéticos.P. ¿Y eliminar de nuestras vidas el esfuerzo de leer 600 páginas de Kant puede restarle valor?R. Podría restarle valor, sí. Puedes usar una IA para resumir el texto. Pero ¿es un buen resumen? ¿Le has hecho al chatbot las preguntas adecuadas? No sabes lo que no sabes. Cuando preguntas, tienes en mente ciertas dudas. Y a veces aprendes algo por el camino. Pero cuando lees un libro, te lo llevas contigo, te deja huella. Muchas veces ni siquiera sabes qué preguntas hacer hasta que estás ya dentro del libro. Tienes que mantener la mente abierta al leerlo. Tienes que decirte: “Vale, quizá al final de esto tenga aún más preguntas que al principio, pero tengo que hacer el esfuerzo de pasar por ese camino”. Y si lo único que tengo es un resumen de 100 palabras, ¿te has perdido la oportunidad de hacerme esas preguntas?P. ¿Y con la historia pasará igual? Puedes aprender cómo se construyeron las pirámides de Egipto, pero el contexto es más complicado.R. Exacto. O si dependes de la IA para que te cuente historias de gatitos o historias populares, te dará siempre los mismos tipos de historia. Te va a repetir mucho la Segunda Guerra Mundial, Egipto. Pero hay otros temas sobre los que hay menos datos, o que no se promocionan tanto. Y esas historias se van quedando fuera.P. Pero eso ya pasa ahora.R. Sí, vas al aeropuerto y casi todo lo que encuentras es historia militar. No tengo ningún problema con eso. Pero hay muchísimas otras historias increíbles que se quedan fuera.P. Quizá la IA permite compartir más historias distintas.R. Podría ser. Mucha gente fue muy optimista con internet, pensaban que sería una herramienta superdemocrática. Pero al final todo el mundo acaba escuchando a Taylor Swift. La popularidad genera más popularidad. Y de ahí hay una pregunta muy interesante: ¿la historia se volverá más homogénea o se hablará cada vez más de ciertos temas?P. Igual va a mejor.R. Totalmente, no soy completamente pesimista. La IA nos da una oportunidad de crear historias de una forma que antes no podíamos. Porque quizá no podíamos permitirnos escribir un libro, o no teníamos acceso o no éramos profesores. Y ahora el número de personas que pueden hacer historia ha explotado, ha crecido muchísimo. Eso me entusiasma. Solo digo que tenemos que pensar en el viaje en el que estamos metidos. ¿Es este el camino que queremos seguir? Si pudiéramos elegir, ¿lo haríamos de otra forma? ¿Querríamos que la historia hablase de otras cosas? ¿Podríamos escribir una historia mejor?

Marnie Hughes-Warrington, historiadora: “Nuestras fotos son material de archivo que las IA convertirán en historia” | Tecnología
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