Aunque la prohibición de las corridas de toros, tras la aprobación de la ley 2385 el 29 de mayo de 2024, estaba cantada, la Corte Constitucional sorprendió al extender el veto a otras prácticas con animales, como el coleo, las peleas de gallos y las corralejas, que, según ciertos sectores gremiales, tienen una fuerte influencia cultural en las regiones.EL TIEMPO conoció, por fuentes del alto tribunal, que la discusión en la Sala Plena sobre eliminar el parágrafo en la norma que las excluía —que había sido conciliado con los congresistas de los departamentos donde tienen fuerte arraigo— buscaba mantener la coherencia con el principio de eliminar el maltrato animal en cualquiera de sus expresiones.Ley 2385, ‘no más olé’ Foto:Cámara de RepresentantesSegún los nueve magistrados, que por unanimidad se acogieron a este criterio, no solo las corridas de toros convierten en espectáculo el sufrimiento de seres sintientes, también lo hacen las peleas de gallos, el coleo —considerado deporte nacional y patrimonio inmaterial— y las corralejas, estas últimas con precariedades en su montaje que han derivado en tragedias por el desplome de los ruedos.De acuerdo con estas fuentes, “existían razones fácticas y jurídicas para extender la eliminación al resto de expresiones ‘culturales’. Precisamente por esa vinculación identitaria, se difirió el efecto de la decisión a tres años, con el fin de que en ese tiempo se produzca su desmonte y se reemplacen esas actividades por otras.El debate y el impactoAunque sobre esta decisión no cabe recurso jurídico y el único camino es el acatamiento, ya se han alzado voces de rechazo por el impacto cultural y en las economías populares que giran en torno a estas actividades: la ganadería, las apuestas y el comercio en las ferias y festivales donde se realizan.En el expediente de la Corte Constitucional también se anexaron los conceptos de la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría, las alcaldías de Cali y Bogotá —dos de las principales plazas del país—, así como de gremios como Fedegan y hasta del torero César Rincón. Corte Constitucional Foto:Cortesía”A juicio de esta Corporación, las corridas de toros y en general los espectáculos taurinos, corresponden a una manifestación viva de la tradición espiritual e histórica de los pueblos iberoamericanos, como lo es Colombia, y por lo mismo, forma parte del patrimonio intangible de nuestra cultura, especialmente protegida por la Constitución”, señaló José Félix Lafaurie, presidente de Fedegán.“Considerar la reconversión tampoco resulta una medida remedial de fácil implementación. Además de los costos que ello implicaría, constituye un desarraigo de una cultura ancestral que afectará la vida, los sentimientos y las decisiones de quienes, como seres humanos, nuestra Constitución Política ampara y protege de manera muy especial”, agregó.Refiriéndose exclusivamente a las corridas de toros, la Federación de Entidades Defensoras de Animales y del Ambiente señaló que la práctica ha perdido impacto. “Es de conocimiento público la baja asistencia que vienen registrando estas actividades, por lo que se han convertido en esporádicas. A día de hoy es casi imposible que alguna persona derive de ellas exclusivamente su sustento económico principal. Matadores, rejoneadores y novilleros se dedican a otras actividades como forma de ganarse la vida”. LEA TAMBIÉN Sin embargo, no ocurre lo mismo con las otras prácticas con animales que, como lo reconocen los mismos magistrados al diferir el efecto de la decisión a tres años, jalonan un renglón importante de la economía en sus regiones de influencia.En el caso del coleo, por ejemplo —considerado deporte—, Colombia es epicentro del Mundial, que en 2025 celebra su vigésima novena edición. Con la decisión de la Corte Constitucional, esta disciplina quedaría sin sustento jurídico y, por consiguiente, la federación nacional, las ligas departamentales y los clubes dejarían de existir ante la ley.Performance en la plaza de bolívar en contra de las corridas de toros. Foto:MIlton Diaz / El TiempoAsí mismo, según expertos, infraestructuras como las monumentales mangas de Meta, Casanare y Arauca quedarían en desuso, y el turismo en esos departamentos se vería reducido durante los eventos que allí se realizan.”Actualmente hay 3.200 deportistas y el coleo genera más de 900 empleos directos; familias enteras viven de esta práctica: parafreneros, empresarios de pesebreras, herreros, dueños de turbos, jueces y narradores. El impacto sería muy negativo para el turismo: la gente llega a ver los toros coleados y con eso se reactiva la economía popular en los pueblos de los Llanos Orientales. Uno hace la comparación con un partido de fútbol y no se llenan los estadios tanto como las mangas. Además, somos reconocidos como identidad cultural, tradición llanera y un deporte constituido en el Ministerio del Deporte”, señaló Juan Efraín Oropeza, presidente de la Federación Nacional de Coleo. LEA TAMBIÉN Y agregó: “La decisión de la Corte nos tomó por sorpresa porque en la Ley 2385 no estaba incluida esta actividad. Además, ya nos habíamos condicionado para menguar al máximo el maltrato animal. Vamos a actuar a través de un acto legislativo para ver si podemos derogar esta decisión del alto tribunal. Es un camino difícil, pero el llanero es del tamaño del compromiso”.En cuanto a las peleas de gallos, con gran influencia en los Santanderes, Bogotá y la Costa Caribe, el renglón económico popular que se mueve gracias a las apuestas quedaría ilegalizado. Actualmente, hay más de 7.000 galleras constituidas muchas de ellas reguladas por el Consejo Nacional de Juegos de Suerte y Azar.Y sin las corralejas, también se teme un desmonte de las actividades comerciales que giran en torno a las ferias, algunas de ellas históricas, como la de Sincelejo.Ministros saldrían tras derrota en elección de magistrado Foto:No obstante, la Corte insiste en que tres años son suficientes para reemplazar estas prácticas por otras que no involucren el sufrimiento animal.Sara Valentina Quevedo DelgadoRedacción Justicia

el impacto económico y cultural
Shares: