Cañailla o el ibis viajero, así se conoce a este ejemplar de dos años ―un adolescente― de la especie que desapareció de España a lo largo del siglo XVII y se está reintroduciendo en Cádiz desde hace 20 años. El ave nació en el zoológico de Halle, Alemania, en 2023, y fue liberada en España, en Vejer de la Frontera (Cádiz) el 20 de marzo del año pasado. Casi desde ese momento comenzó a sorprender mostrando su querencia por los viajes y las rotondas para ordenar el tráfico. “A los ocho días apareció en San Fernando (Cádiz), en una rotonda de la carretera de Camposoto en la que buscaba alimento como gusanos, lombrices, saltamontes… Llamaba la atención y la gente iba a verlo”, recuerda Miguel Ángel Quevedo, veterinario y uno de responsables del plan de reintroducción Eremita dirigido por el Zoobotánico de Jerez y la Junta de Andalucía. De los habitantes de San Fernando, conocidos como isleños o cañaillas, le quedó al ibis el nombre. Había riesgo de atropello, “pero se manejó bien, pasó a una zona ajardinada, aunque de vez en cuando volvía a la rotonda, y allí permaneció cinco meses hasta agosto”. Era el inicio de un periplo que le ha conducido por Portugal, hasta acabar en Galicia, en la comarca de O Val Miñor, lugar en el que ha pasado el invierno y la primavera, alimentándose en otra rotonda en la que parece sentirse a sus anchas y convertido en un vecino más. Quevedo calcula que ha podido recorrer 1.000 kilómetros, lo que le convierte en un ibis especial, “aunque todos lo son porque en España no había ninguno antes de comenzar a reintroducirlos”, puntualiza. El ibis eremita ‘Cañaílla’ en una rotonda de A Ramallosa, en Pontevedra. Dan GilaLa mayor parte de la población actual ―250 ejemplares y 45 parejas reproductoras― es sedentaria y no se mueve de la zona de La Janda (Cádiz). Como mucho, algunos ejemplares se han desplazado a Huelva, al sur de Portugal, a Córdoba, Jaén y Extremadura, a una distancia de entre 200 y 300 kilómetros desde su zona de reproducción. Cañailla, allá donde va, no pasa desapercibido, tanto por los escasos ejemplares que existen en libertad, como por su peculiar aspecto de plumaje negro; cabeza y cuello sin plumas, como si llevara una máscara de bicho feo de carnaval; un penacho en la nuca a modo de melena y pico largo curvado de color rojo. En agosto se le pierde la pista y en octubre unos ornitólogos lo localizan por la anilla que porta en una zona del Algarve, Portugal. Vuelve a perderse el rastro hasta que el 7 de diciembre, aparece en la desembocadura del Miño, una zona en principio sin riesgos. Visita Ferrol, O Rosal, Villagarcía de Arousa y llega en enero a Ramallosa (Baiona, Pontevedra) donde Carolina González, vecina del concello y gran amiga de los técnicos del zoo de Jerez, se ha convertido casi en su sombra. Al no estar equipado con GPS, los responsables del programa Eremita conocen sus andanzas por personas que les van indicando donde lo ven. Va marcado con una anilla identificativa. Una mujer pasa en bicicleta junto a Cañaílla en Ramallosa.Dan Gila“Iba andando y de repente me lo encontré comiendo con su largo pico, me quedé impresionada”, relata. El ibis sigue por allí, “incluso con los temporales que hemos tenido, menos en Semana Santa cuando se le vio en la playa de la Lanzada (al norte de Pontevedra)”, prosigue. Pero siempre vuelve a la zona, “le debe gustar”. La segunda vez que se marchó apareció en Cee (A Coruña), pero regresó a los dos días. “Cruza el paso de peatones y los coches se paran, aquí nunca se vio nada igual, es espectacular”, sostiene. Carolina lo localiza sobre todo en una rotonda en la que busca alimento, se solea las plumas, va y viene… “Hoy [por este jueves 15 de mayo] no lo vi, pero debe ser porque estaban desbrozando y se habrá asustado”, comenta. Tampoco le gustan los perros, “pero los vecinos tienen cuidado si ven que está”. Duerme en un gran árbol cerca del río. A Quevedo no le extraña que el ejemplar opte por permanecer en rotondas o parques cerca de los humanos. “Es una especie bastante social, de la familia de las cigüeñas, y siempre han tenido una relación cercana al hombre, pero si te acercas se van”, aclara. En los campos de golf de Cádiz se puede ver a ejemplares picando en el césped tranquilamente. “Prefieren la hierba corta, lugares en los que localizan comida y a la vez pueden vigilar a los depredadores, los que llegan del cielo como el águila perdicera o el búho real y los terrestres: zorros, ginetas o meloncillos, entre otros”. ¿Cuál será su siguiente paso? “Meterse en la cabeza de un eremita juvenil es difícil”, responde Quevedo. Pero esperan que regrese a la Janda cuando alcance la madurez sexual, con tres o cuatro años, y su reloj biológico le diga que es hora de reproducirse. No todos los ibis que deciden emprender la dispersión juvenil tienen la misma suerte. Hel, un ibis eremita nacido en Austria, aterrizó en Cádiz en octubre de 2023 junto con otros 34 compañeros tras volar más de 40 días siguiendo a un ultraligero con un parapente amarillo. En él viajaban las personas que les criaron y que pretenden crear una conexión natural entre España y Austria, y que regresen por sí mismos a su lugar de origen. Pero a Hel lo mataron de un disparo en noviembre del año pasado en un coto de caza social de Fregenal de la Sierra, en Extremadura. Era un juvenil de un año y medio. Este ibis iba equipado con GPS.También en Extremadura aparecieron muertos por disparos cinco ibis eremita en 2019. Se ha juzgado a un vecino de Montemolín como presunto autor de un delito contra la fauna por abatir a las aves con una carabina de aire comprimido. Los ejemplares habían nacido en el marco del proyecto de reintroducción y todavía se está a la espera de la sentencia.El ibis eremita tan solo cuenta con una población viable en el suroeste de Marruecos (cerca de Agadir), compuesta por cerca de 180 parejas desde las 48 que existían en 1992. Además, existe otra población semicautiva en Turquía (Bireçik). En los tratados de zoología contemporáneos se sitúa a la especie en varios países del entorno alpino hasta, aproximadamente, la primera mitad del siglo XVIII, indica la ONG de ornitología SEO/BirdLife.

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