Cataluña ya cuenta con un ciclotrón para su sistema sanitario público. El hospital Vall d’Hebron de Barcelona ha instalado un acelerador de partículas para producir radioisótopos esenciales para radiofármacos contra el cáncer o el alzhéimer, entre otras enfermedades. El dispositivo permitirá realizar diagnósticos más precisos y tratamientos más efectivos. Con un coste de 2,6 millones de euros, el ciclotrón garantizará un mayor acceso a la medicina nuclear del sistema público de salud catalán, que hasta ahora no contaba con este tipo de tecnología de última generación. “Es el primer ciclotrón del sector público y permitirá mejorar la calidad de vida de los pacientes, que es lo que queremos”, celebra Manel Escobar, director clínico de Radiología y Medicina Nuclear de Vall d’Hebron. Un ciclotrón es un dispositivo que acelera partículas y genera radionucleidos (isótopos atómicos inestables que emiten radiación para alcanzar un estado más estable). Estos se utilizan para componer radiofármacos en los laboratorios y se inyectan a los pacientes. A través de una atracción definida conectan con determinadas células, lo que facilita a los médicos observar algunos comportamientos malignos. “Nos ayuda a ver cómo funcionan los tejidos y órganos en tiempo real, lo que es clave en la detección precoz del cáncer, enfermedades neurológicas, inflamatorias o del corazón”, señala Escobar. El problema es que la vida útil de los radionucleidos puede ser muy corta, de apenas pocos minutos. Y hasta ahora la obtención de algunos fármacos era, o muy difícil, o directamente imposible porque no entraban en el circuito comercial. Con la instalación de un ciclotrón propio, un modelo de 18 toneladas de peso ubicado en un búnquer a 4,5 metros bajo el suelo del nuevo edificio del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR por sus siglas en catalán), las barreras desaparecen. “Algunos radioisótopos deben inyectarse al lado de la máquina porque se desintegran al cabo de muy poco tiempo. Esto solo se consigue en instalaciones donde el ciclotrón esté en un campus hospitalario. Ahora podremos generar radioisótopos que no tenemos disponibles para determinar enfermedades”, indica el jefe médico. Con el ciclotrón de Vall d’Hebron en marcha, Cataluña reimpulsa la medicina nuclear a través del proyecto Ciclocat, liderado por el Institut Català de la Salut (ICS). El Ciclocat pretende unir la asistencia clínica y la investigación biomédica. Por ejemplo, actualmente el VHIR sintetiza principalmente un análogo a la glucosa que ayuda a detectar la existencia de tumores, su localización y extensión. Ahora aspira a ampliar horizontes con nuevos ensayos clínicos innovadores y la creación de radiofármacos de nueva generación. “El ciclotrón abre la puerta a nuevas terapias que mejoren el tratamiento de los pacientes”, aplaude Raul Herance, investigador del VHIR, en un comunicado del hospital. El reto es incorporar a toda la cadena de especialistas (radiodiagnóstico, cardiología, neurología, oncología, endocrinología, farmacia…) que deben formar parte de la evolución de la física hospitalaria. “Nos ocupamos de todos aquellos procedimientos y tecnología que emite radiación médica, por lo que debemos cumplir unos controles de calidad máximos”, sugiere Escobar. El acelerador de partículas se trasladó hasta el campus hospitalario en dos tráileres de gran tonelaje. Para transportarlo hasta la cámara hermética, de unos 23 metros cuadrados, se utilizó una grúa construida para la ocasión y se dividió el ciclotrón en dos mitades de nueve toneladas cada una que se volvieron a encajar. El montaje se alargó tres días y trabajaron unas 15 personas.

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