Nada en la Champions ha sido más extremo estos años que la manera de ganar del Real Madrid, funambulista de noches imposibles, un equipo que ha caminado por los filos más afilados sin que le subieran las pulsaciones, desconcertando rivales que caían bajo el peso de algo que consideraban absurdo. Y que lo era. También son extremas sus caídas. Los gigantes, en tanto que gigantes, se derrumban con estrépito. El equipo de Ancelotti se hundió desorientado en 2023 en Mánchester bajo el mazo del City (4-0) y se derritió dos años después en Londres abrasado por la convicción meticulosa del Arsenal y la puntería de Declan Rice, que embocó dos tiros directos asombrosos. El tercero de Mikel Merino colocó la posibilidad de que el Real alcance las semifinales el miércoles que viene en el Bernabéu más allá de todo lo que haya logrado en estos años tan parecidos al realismo mágico.
3
David Raya, Jurriën Timber (Ben White, min. 90), William Saliba, Myles Lewis-Skelly, Jakub Kiwior, Thomas Partey, Martin Ødegaard, Declan Rice (Kieran Tierney, min. 79), Mikel Merino, Bukayo Saka (Leandro Trossard, min. 73) y Gabriel Martinelli
0
Thibaut Courtois, Federico Valverde, David Alaba (Fran García, min. 78), Raúl Asencio, Antonio Rüdiger, Jude Bellingham, Rodrygo (Brahim Díaz, min. 84), Eduardo Camavinga, Luka Modric (Lucas Vázquez, min. 70), Kylian Mbappé y Vinícius Júnior
Goles
1-0 min. 57: Declan Rice. 2-0 min. 69: Declan Rice. 3-0 min. 74: Merino
Arbitro Irfan Peljto
Tarjetas amarillas
Thomas (min. 53), Camavinga (min. 68)
Tarjetas rojas
Camavinga (min. 93)
El Madrid terminó como un náufrago zarandeado. El Arsenal dejó a la vista todas sus carencias sin que su colección de atacantes lograra disimularlas esta vez. Y desde el comienzo. Mikel Arteta había pedido a su estadio que jugara el partido con ellos, y la grada metió fuego a la caldera desde el principio. Hasta el delirio final.Salvo algunos fogonazos a la carrera del Madrid, el partido fue siempre en una dirección. Sobre todo hacia el costado que atacaba Bukayo Saka. Por la derecha se juntaba con Odegaard, Timber y hasta Thomas Partey. Enfrente, Ancelotti había decidido recurrir a Alaba, aún en proceso de afinado, para tratar de taponar esa vía de asedio previsible, que se anunciaba como el rincón más disputado de la noche.Cada vez que recibía Saka, se retrasaba Bellingham, se acercaba Camavinga, y hasta Vinicius se aproximaba al área. Pero poco a poco Alaba se fue viendo con menos compañía. La grada lo olisqueó enseguida. Casi antes que el austriaco, se ponía tenso y en pie el sector bajo y cercano al córner de ese lateral. Saka empezaba a escaparse hacia la línea de fondo, pero sus centros no encontraban a nadie al otro lado.El Arsenal se lanzó a por el Madrid con una determinación inmensa e insistente. Atacaba y cuando morían los ataques, se tiraba a cegar las salidas del pelotón de Ancelotti. Les costaba mucho salir. Los ingleses le taponaban cerca de Courtois y el belga terminaba quitándose el problema a pelotazos que terminaban en otra carga del Arsenal. El equipo de Arteta mantenía el control, pero necesitaba sostener una concentración límite. Vinicius rebañó un mal pase y dejó a Mbappé con campo libre hacia Raya. Tiró alto, aunque parecía en fuera de juego. Bellingham robó otra y dejó al francés mano a mano con el portero en el área, pero Raya leyó bien el tiro cruzado y se quedó con la pelota. El Arsenal llevaba las riendas, pero lo que llevaba con ellas era un potro salvaje siempre a un pestañeo de desbocarse y dejarle una coz.Más informaciónEl peligro del Arsenal llegaba de donde se había previsto, la pizarra del balón parado de Jover. Lo sabía hasta la grada, que festejó cada córner y cada falta lateral. Tensión máxima en el área alrededor de Courtois cuando la sobrevolaban esos lanzamientos tan preparados. Hubo remates y rebotes accidentales en espaldas con más riesgo que los primeros intentos.También, como tantas noches, se registró uno de esos momentos en los que Courtois mantiene al equipo con pulso cuando el equipo pisaba sobre el filo. Esta vez fue doble: sacó con la mano derecha un cabezazo a la base del poste y se repuso para parar arriba el disparo salido del rechace.Pudo con esas dos, pero no con el primer tiro directo de Declan Rice. El lance empezó donde casi todo. En Saka, que cambió de ruta. En lugar de enfilar hacia el fondo, se dirigió hacia el centro, perseguido por Alaba, que terminó derribándole. Desde el punto en el que cayó, Rice dibujó una curva que evitó la barrera por fuera y terminó en la red. Marcó, celebró y pidió al graderío ir juntos a por más. Se disponían a dejar atrás sus costumbres conservadoras. El gol abrió las compuertas y Courtois se vio bajo un tiroteo.Paró un tiro de Martinelli, Merino cazó el rechace y Alaba salvó sobre la línea. Le volvió a Merino y paró Courtois arriba. Casi en la siguiente Bellingham sacó otra sobre la raya, y entonces ya vino el segundo gol de falta de Rice, por el hueco que dejaron tres jugadores del Arsenal que levantaron una pantalla. La caída al abismo la agravó el tercero de Merino. Madrid había perdido pie. Ni asomaba, y se encuentra ahora más allá de lo impensable después del derrumbe total.