El Banco de México entregará al Gobierno de Claudia Sheinbaum un remanente de operación de 17.994 millones de pesos del ejercicio de 2024. Los excedentes del banco central equivalen a 0,05% del PIB, una cifra muy inferior de los estimados previos de analistas, quienes perfilaban que la institución entregaría una bolsa, a favor de la Administración federal, de más de 100.000 millones de pesos. Estos remanentes son el resultado, en parte, de las variaciones del tipo de cambio: una depreciación del peso frente al dólar fortalece a las reservas internacionales de la institución, generando este tipo de ganancia. La última vez el banco central dio estos recursos a la Administración en turno, fue en 2017, durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto, ese año el remanente rebasó los 321.600 millones de pesos.En el detalle de sus estados financieros dictaminados de 2024, el Banco de México dio a conocer un resultado neto de 836.766 millones de pesos. De este total, unos 737.539 millones de pesos servirán para la amortización de las pérdidas acumuladas de años anteriores. Además, 81.232 millones de pesos se destinarán al monto de la reserva de capital. “Conforme marca la Ley del Banco de México, el instituto transferirá a la Secretaría de Hacienda un remanente de operación de 17.994 millones de pesos, el cual será entregado durante el mes de abril al Gobierno Federal” anunció el banco este lunes por la noche en un comunicado. La cifra ha quedado por debajo de los pronósticos de los cuarteles financieros, que anticiparon una entrega al Gobierno federal por unos 100.000 millones de pesos. El remanente de operación es un tipo de ganancia para la institución derivado de las variaciones del tipo de cambio. Si el peso pierde terreno frente al dólar, las reservas internacionales del Banco Central van al alza, como ocurrió el año pasado. Así, la depreciación del peso frente al dólar de 2024 dio impulso a las previsiones de que habría remanentes significativos para el Gobierno federal, lo que a su vez, supondría un balón de oxígeno para las finanzas públicas, especialmente complicado, con una desaceleración económica en curso y el nerviosismo a tope ante los continuos amagos arancelarios de Trump. Hacienda tiene ante sí el reto de lograr un crecimiento de la economía mexicana y reducir el déficit fiscal más alto de los últimos 30 años en plena desaceleración económica, con caídas en consumo, inversión y producción. De acuerdo con la Ley Federal de Presupuesto, el Gobierno deberá utilizar al menos 70% de los recursos transferidos por el Banco central a la amortización de la deuda pública contratada en ejercicios fiscales anteriores, o a disminuir el monto de financiamiento necesario para cubrir el déficit presupuestario.Gabriela Siller, directora de Análisis de Banco Base, explicó que el remanente del Banco de México fue bajo, por lo que no ayuda a la consolidación fiscal, pero tampoco es algo que se tuviera contemplado en la ley de ingresos, por lo que no debería de afectar. “La consolidación fiscal debe ser consecuencia de la reducción del gasto público y de un incremento de los ingresos presupuestados. Será relevante la forma en que Hacienda compensará por el menor crecimiento económico, pues estiman un crecimiento del PIB de 1,3%, que está muy por encima de la media estimada por los analistas”, concluye.

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