Luego de 57 exhaustivas diligencias judiciales, finalizó la etapa probatoria de juicio contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez. El exmandatario estaba siendo investigado por los presuntos delitos de soborno a testigos, fraude procesal y soborno en actuación penal.Este hito marca un punto crucial en uno de los procesos judiciales más mediáticos y complejos de la historia reciente del país, que ha mantenido en vilo la atención pública y política por años. LEA TAMBIÉN La culminación de esta fase implica que tanto la Fiscalía General de la Nación como la defensa del expresidente presentaron todas sus pruebas y testimonios ante la jueza. La defensa, liderada por el abogado Jaime Granados, fue la última en cerrar su fase de presentación, argumentando una y otra vez la inocencia de su defendido y cuestionando la validez de las acusaciones.Raíz del juicioÁlvaro Uribe Vélez a la salida del segundo interrogatorio. Foto:César Melgarejo/ El TiempoEl caso se originó a raíz de denuncias mutuas entre el expresidente Uribe y el senador Iván Cepeda. Lo que comenzó como una investigación por supuestos vínculos con grupos paramilitares contra el parlamentario, giró drásticamente cuando la Corte Suprema de Justicia, que inicialmente llevaba el caso de Uribe por sus fueros como senador, inició una investigación en su contra por presunta manipulación de testigos. Con la renuncia de Uribe al Senado en 2020, el expediente pasó a la Fiscalía, donde se han desarrollado las fases de indagatoria y juicio.Uno de los pilares de la acusación de la Fiscalía fue el testimonio de Juan Guillermo Monsalve, exparamilitar e hijo de un mayordomo de una finca de la familia Uribe, quien señaló al expresidente de presionar para que se retractara de sus acusaciones sobre supuestos lazos entre Uribe y grupos paramilitares. La defensa, por su parte, centró gran parte de su estrategia en desacreditar a Monsalve, presentando pruebas y testigos que, según ellos, demostraron inconsistencias y motivaciones dudosas en su declaración. La credibilidad de Monsalve ha sido, sin duda, un campo de batalla legal y mediático constante a lo largo de todo el proceso. LEA TAMBIÉN Expresidente Álvaro Uribe. Foto:MAURICIO MORENO CEET EL TIEMPODurante las 57 audiencias, se escucharon decenas de testimonios, se analizaron voluminosos expedientes y se presentaron argumentos jurídicos complejos que han intentado desentrañar la verdad detrás de las acusaciones de soborno y fraude. La trascendencia de este caso radica no solo en la figura del expresidente Uribe, sino también en las implicaciones que una decisión judicial podría tener para el sistema de justicia y la política nacional.Proceso en su recta final: ¿qué pasará con el expresidente?
Ahora, el proceso entra en su etapa final, que será decisiva. El siguiente paso crucial son los alegatos de conclusión. En esta fase, tanto la Fiscalía como la Procuraduría, en su rol de garante de los derechos, y la defensa, expondrán sus argumentos finales ante la jueza. Cada parte resumirá sus pruebas, intentando convencer al estrado de la solidez de sus tesis.Una vez escuchados todos los alegatos, la jueza se tomará un tiempo para deliberar. Posteriormente, anunciará su fallo, que podrá ser una sentencia condenatoria o absolutoria. La expectación es máxima, dado el alto perfil del acusado y la naturaleza de los delitos imputados. LEA TAMBIÉN Sin importar la decisión inicial, es casi seguro que las partes que se sientan perjudicadas por el fallo presentarán recursos de apelación. Esto llevaría el caso a una segunda instancia, probablemente ante la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá, prolongando aún más el desenlace definitivo de este histórico proceso judicial que ha puesto a prueba los límites y la independencia de la justicia colombiana. Además, persiste el factor de la prescripción del caso, que según algunas voces jurídicas, podría ocurrir en octubre de 2025, añadiendo una capa de urgencia a la culminación del proceso.FELIPE SANTANILLA AYALAREDACCIÓN ÚLTIMAS NOTICIAS

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