Para bien o para mal, pocos baten a los Bieber a la hora de generar contenido. Cada paso que da la pareja formada por la empresaria y el cantante es observado y escrutado, especialmente en los últimos meses, en los que él, Justin Bieber, parece andar desnortado. Pero ahora es ella, Hailey Bieber, la que ocupa los titulares, y a lo grande. La fundadora de la firma de cosmética Rhode es la protagonista de la portada del número de verano de la revista Vogue en su edición estadounidense, a la que ha concedido una larga entrevista en la que habla de su empresa, su matrimonio y sobre todo del duro parto de su primer hijo. La descendiente de la saga Baldwin —es hija de Stephen Baldwin, el pequeño de los hermanos de cine—, de 28 años, asegura que siempre tuvo claro que quería tener niños y que cuando su hermana mayor tuvo al primero, en 2020, aún más, pero que entonces pensaba que no era su momento. “Ahora creo que le ocurre a cada persona exactamente cuando debe, lo creo, de verdad, de verdad”, afirma con cierta ingenuidad, al igual que explica que el embarazo fue “difícil” para ella. “Fue una sorpresa, y pasas por muchas emociones”.Más información“Hay ciertas advertencias: tu vida nunca volverá a ser la misma. Cambia en el buen sentido, pero no va a ser la misma. Nunca volverás a ser solo una persona sin un hijo. Y no vas a ser solo tú y tu pareja, solo vosotros dos. Fue mucho para mí mentalmente”, reconoce, de nuevo, en una conversación cargada de lugares comunes. “Dar a luz es lo más duro que he hecho”, explica, pese a que tuvo una preparación completísima durante nueve meses, durante la que estuvo centrada en ella y en su cuerpo, con yoga, acupuntura, terapia, entrenamiento de peso, ejercicios de respiración… “Estuve en esa mierda. Lo hice todo. Físicamente, estaba más fuerte que nunca”. Sin embargo, el parto que esperaba no sucedió, porque tuvieron que inducírselo, como ha explicado en Vogue por primera vez desde que dio a luz, el pasado mes de agosto.En la semana 39, a pocos días de salir de cuentas, empezó a perder líquido amniótico y tuvieron que inducirle el parto. Fue un proceso incómodo y doloroso, donde le pusieron medicación combinada con un catéter Foley, un pequeño balón hinchable que se introduce en el útero con una solución salina para dilatar el cérvix. Estimaron que estaría unas 24 horas de parto: “Esa mierda fue de locos. No fue nada divertido. Hicieron que rompiera aguas. Estuve de parto durante horas y horas, sin epidural ni nada”. Al final, tuvo relativa suerte, y pasaron 18 horas hasta que dio a luz a su hijo, Jack Blues Bieber.Hailey y Justin Bieber, en un partido de hockey sobre hielo en Toronto, Canadá, el 18 de mayo de 2025.Michael Chisholm (NHLI via Getty Images)No acabó ahí. Tras el parto, no paraba de sangrar, en lo que se convirtió en una hemorragia preocupante y por la que pasó miedo, como recuerda ahora, en una conversación mucho más calmada. Explica que confió en su doctora, pero que pensó que podía morir, porque ninguna medicación le funcionaba. Se llevaron al niño. “Empiezas a volverte un poco loca”, recuerda. Además, como explica, en 2022, mientras desayunaba con su marido en Palm Springs (a dos horas al sur de Los Ángeles), tuvo un ataque isquémico transitorio, un ictus pequeño, que luego supo que fue a causa de un coágulo en las cámaras superiores del corazón, lo que le hizo perder el habla temporalmente y la obligó a pasar por quirófano. De ahí que tuviera especial miedo durante el parto. Finalmente, le insertaron en el útero el llamado sistema Jada, una especie de lazo de goma, un aparato de succión que provoca contracciones y que, ya sí, logró detener la hemorragia.Para ella es importante contar su historia, por la que pasan muchas mujeres, para que no quede como algo invisible, y para no idealizar el parto. Asegura que querrá tener más hijos, al menos uno más, pero a su debido tiempo. Y sonríe al contar que su marido, en esos momentos, la vio como “una superheroína”. Justin Bieber no está presente durante la entrevista, pero la periodista cuenta que le contestó a algunas cuestiones por correo electrónico, explicándole que tener una familia y un hijo es para él algo increíble: “Estoy caminando por los días que siempre soñé”. También le dijo: “En mi vida he hecho muchas cosas tontas, pero lo más inteligente fue casarme con Hailey”. Eso sí: tras la publicación del reportaje, ha recordado este martes en Instagram que llegó a decirle a su esposa durante una pelea que jamás sería portada de Vogue. “Cariño, perdóname, estaba tristemente equivocado”. Después, ha borrado las palabras para poner emoticonos.La empresaria también explica que el posparto no ha sido, o está siendo, fácil, por las hormonas, por el cambio de su cuerpo (ganó apenas siete kilos y su hijo pesó más de tres, pero le costó perderlos), por cómo se ha tratado ella misma, con gran crueldad. De hecho, siente que pasó por una depresión posparto. “Todos los días tengo que hablar conmigo misma, en plan: ‘Hailey, has tenido un bebé“, relata. “Has hecho crecer a un ser humano. Has dado a luz a un humano. No pasa nada. Trátate con amabilidad. Date tiempo”. Explica que su cuerpo ya no es igual. “La gente habla de ‘volver atrás’, pero ¿atrás, dónde? Mis caderas son más anchas, mi pecho es más grande que antes. No han vuelto. Y genial, lo acepto, pero no es el mismo cuerpo que antes”, relata. “No eres la misma persona que antes. Cambias de pies a cabeza. Y creo que hubo un momento en el que me obsesioné con volver a ser la que era. Y luego tuve que aceptar que no iba a volver atrás. Así que en realidad se trata de ¿cómo quiero avanzar? ¿Quién quiero ser?”. Pero reconoce también que ha conseguido gustarse, “más que nunca”. “Te importan mucho menos un montón de cosas. Es como: no tengo el tiempo ni tengo la energía”. Afirma que ha aprendido mucho de su hijo, que también le ha mostrado otra faceta de su esposo, como padre.En la charla, Hailey Bieber trata además de enterrar los constantes rumores que colocan a su matrimonio en crisis. Casados desde hace casi siete años, cada cierto tiempo se escucha acerca de su ruptura, pero también de que se mudan de Estados Unidos o de que cambian de empleo. “Cada par de días hay un nuevo titular que no tiene sentido”, afirma en la entrevista. “No vamos a dejar Los Ángeles, amamos vivir aquí”. Afirma que su matrimonio es fuerte, que tienen una vida real, auténtica, que ha hecho terapia para llegar a este punto. “El posparto es el momento más sensible que he pasado en mi vida, y aprender una nueva versión de mí misma es muy difícil”, relata. “Y estar haciendo todo eso mientras entro en internet todos los días y la gente dice: ‘Se están divorciando, y esto, y lo otro, y no son felices’… es una locura. Ni siquiera puedo explicarlo. Es una vida de locos”.

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