El 98% de los docentes británicos utiliza la tecnología para realizar actividades en el aula, y en las escuelas primarias y secundarias del Reino Unido hay disponibles portátiles y tablets para 9 de cada 10 alumnos, según un informe de 2023 del Departamento de Educación británico. Ante esta situación, el actor Hugh Grant (Londres, 64 años) ha criticado a las escuelas por consentir la adicción a las pantallas y se ha aliado con una campaña cuyo objetivo es eliminar los portátiles y las tablets de las clases. “Soy otro padre enfadado que lucha una eterna, exhaustiva y depresiva batalla contra los niños que solo quieren estar frente a una pantalla”, afirmó el intérprete y padre de cinco hijos en un evento de la organización Close Screens, Open Minds, un grupo creado por Anna Grant, Sophie Winkleman y Arlene Carruthers como madres preocupadas por el creciente uso de la tecnología digital en las escuelas. “La gota que colmó el vaso fue cuando la escuela empezó a decir, con cierta presunción, que le darían a cada niño un Chromebook, y que muchas de las clases se darían en su Chromebook. Y uno piensa que esa es la última maldita cosa que necesitan [los niños] y la última cosa que necesitamos nosotros [los padres]”, continuó el actor de Notting Hill en el acto celebrado el pasado 23 de abril, en la Knightsbridge School en la capital británica, tal y como ha recogido el medio británico The Telegraph.Grant —padre de Tabitha, de 13 años, y de Feliz, de 11, con su expareja Tinglan Hong; y de John, de 12, Lulu, de 8, y Blue, de 6, con su actual esposa, la productora Anna Eberstein— declaró en el evento que los padres temían “agitar el barco” al desafiar la digitalización del aprendizaje y dirigió sus críticas hacia ellos: “¿Haces lobby en la escuela y, si lo haces, a qué se debe ese silencio extraño, repentino y sepulcral de parte de ellos sobre este tema?“, se preguntaba. ”¿Acudes al gobierno? Mi experiencia con Hacked Off [la campaña por la ética de la prensa] me dice que probablemente sea una mala idea. No creo que los políticos hagan nada porque sea lo correcto, incluso si lo es para proteger a los niños. Solo hacen lo que les da votos. Solo les importa su carrera“. Por tanto, para el actor, “la opción de atacar a los padres es la correcta. Porque creo que una vez que logras que una masa crítica de padres se indignen por la tecnología educativa, y por el resto de los problemas, es entonces cuando los políticos escuchan porque están asustados”. En su discurso, también lanzó un dardo contra los centros educativos: “Ahí es también cuando las escuelas empiezan a escuchar, porque tienen miedo de que la gente las abandone y pierdan el negocio”.Más informaciónAprovechando el evento, Grant criticó a las “escuelas privadas, ridículas y elegantes” a las que envía a sus hijos por restringir el juego al aire libre. “Ellos son los que dicen que no van a jugar fuera porque está lloviendo o que no pueden subirse a la estructura de escalada porque hace viento. Es patético. Me parece que aquí hay espacio para una escuela heroica, para un conjunto de ellas, para romper el molde”. En su propósito para desterrar los teléfonos inteligentes y la tecnología educativa de las aulas, el intérprete ha unido fuerzas con la actriz de Peep Show (2003) Sophie Winkleman y con Jonathan Haidt, psicólogo social y autor de La generación ansiosa (2024), quienes también acudieron al evento. La primera, una de las creadoras de Close Screens, Open Minds y casada con Frederick Windsor, primo segundo de Carlos III, se preguntaba: “Nos vendieron el sueño de que la tecnología revolucionaría la educación, personalizaría el aprendizaje y prepararía a los niños para un futuro digital. Miles de millones de dólares y libras después, ¿dónde estamos?“. ”Los resultados de los exámenes están cayendo en picado a nivel mundial. El aumento del uso de pantallas está perjudicando la salud infantil. Los alumnos recurren a ChatGPT para escribir sus ensayos, y los profesores emplean la inteligencia artificial para corregirlos, lo que nos lleva a preguntarnos: ¿para qué sirve la escuela?”.Sophie Winkleman y su marido Frederick Windsor, el 16 de julio de 2023, en el campeonato de Wimbledon en Londres (Inglaterra).Karwai Tang (WireImage)Haidt, por su parte, lanzó un ataque contra los efectos que ha supuesto la introducción de los smartphones en las aulas: “Las calificaciones de los exámenes empezaron a bajar después de 2012. No sé si es por los teléfonos o porque fue entonces cuando pusimos iPads y Chromebooks en los escritorios de los niños. Sea como sea, en cuanto introdujimos la tecnología educativa, los resultados se desplomaron”. En referencia a las aplicaciones de matemáticas y de ortografía que recompensan a los alumnos con fichas de colores, iconos y emojis, agregó: “Si ludificas una cuarta parte de la jornada escolar de un niño con estas recompensas rápidas, sus neuronas de dopamina se habituarán a esa estimulación constante y se volverán menos receptivas, necesitando más estimulación para que el niño se sienta normal”. Y añadió: “Esto significa que ahora cualquier cosa que no sea ludificada le resultará tremendamente aburrida. Eso es lo que les hemos hecho a nuestros hijos al darles dispositivos en la escuela”.El psicólogo y escritor también quiere que haya escuelas sin teléfonos móviles y pretende que se prohíban los smartphones para los menores de 14 años y que los menores de 16 no puedan usar redes sociales. Para concluir su intervención en el evento, dijo que “la tecnología debería tener un papel en la escuela, pero no en los escritorios de los niños”, según recoge también The Telegraph. Portada del libro ‘La Generación Ansiosa’, de Jonathan Haidt.EDICIONES DEUSTOEl diputado laborista Josh McAlister presentó en octubre de 2024 en el Parlamento un proyecto de ley de teléfonos seguros que tiene como objetivo proteger a los menores de 16 años del contenido adictivo de las redes sociales y evitar que hagan doomscrolling —el acto de deslizar compulsivamente a través de un sitio online— en sus teléfonos. Si se aprueba como ley, los directores médicos del país deberán publicar consejos para los padres sobre el uso de smartphones y redes sociales por parte de sus hijos. Por su parte, la comisionada para la infancia de Inglaterra, Rachel de Souza, dijo a principios de este mes que se necesitan medidas más contundentes para proteger a los niños “fuera de las escuelas”. Entre estas, se incluía la restricción del uso de teléfonos inteligentes y una posible prohibición de las redes sociales para los menores de 16 años.Por el momento, el Gobierno del Reino Unido ha rechazado los llamamientos a favor de una ley que prohíba los teléfonos en las aulas y la secretaría de Educación, Bridget Phillipson, ha desestimado las demandas como un “truco para llamar la atención”, según cita The Telegraph.

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