La niña apenas tenía diez años cuando la nueva pareja de su madre, de 21, empezó a agredirla sexualmente hasta que cumplió los 15, según el relato de la Fiscalía. Este viernes da comienzo en Las Palmas de Gran Canaria el proceso que juzga estos hechos. El fiscal pide para el acusado 13 años de cárcel por delitos de exhibicionismo y abusos sexuales a una menor de 16 años, y otros diez años y diez meses para su hermano, también acusado de violar a la misma menor.El escrito de la acusación, al que ha accedido este periódico, relata que el acusado inició una relación con la madre de la menor en 2011 en la capital de Gran Canaria. Ella era la única de la pareja con un trabajo estable, por lo que pasaba más tiempo fuera de casa. Al poco, comenzó a lanzar comentarios a la niña, de 10 años, sobre el hecho de que le “estaban creciendo los pechos, tocándoselos por encima de la ropa”. No solo eso, el hombre se paseaba en ropa interior y con el pene erecto por la vivienda en que convivían. Le decía a la menor, relata el fiscal, que “no pasaba nada porque lo viera así, porque él era como un padre para ella”. En las semanas y meses siguientes, el acusado, “perturbando la libre formación de la libertad sexual de la menor”, pasó a bajarse los calzoncillos enseñando su pene a la menor, “agarrándole la mano para llevarla hacia él y enseñándole la forma de masturbarlo”.Con el tiempo, explica el ministerio, “la actitud controladora y en ocasiones violenta del acusado le llevó a tomar el control de la mecánica familiar, arrogándose la condición de padre de familia. Por ello, era a él a quien se dirigía la menor para pedirle que le comprara algo o la dejara salir a jugar a la calle. En esos años, con el solo propósito ”de satisfacer su deseo sexual”, instaló una dinámica en el hogar conforme a la cual si la niña quería salir con las amigas, o que él le levantara un castigo o permitiera que alguna amiga fuera a su casa, la menor debía practicarle una felación, “a lo que obedecía la menor con un intenso malestar”. En una de las numerosas ocasiones en que sucedió lo descrito, “el acusado metió brevemente un dedo en la vagina de la menor”, asevera el fiscal. Estos hechos hicieron que quedara “dañado el normal proceso de formación sexual de la menor”. El hermano del procesado también comenzó a tener contacto con la menor. En diciembre de 2013, la niña tenía 12 años y el segundo acusado 18. En una de las celebraciones de Navidad en la casa que la familia de los acusados en el barrio de Tamaraceite (uno de los más humildes de la capital), “este condujo a la menor a una habitación, la besó, le preguntó si era virgen y, con intención de satisfacer su deseo sexual y con perturbación de la libre formación de la libertad sexual de la menor, le bajó el panti y la penetró vaginalmente”.Todos estos hechos, sostiene la Fiscalía, provocaron que a sus 12 años la víctima se iniciara en el consumo de hachís “como forma de evasión de la situación que estaba viviendo”. Su desempeño académico empeoró hasta el punto de que abandonó la escolarización en 2º de la ESO, así como la vivienda familiar cuando cumplió 15 años. En la actualidad la víctima presenta un ánimo inestable, fuerte sentimiento de culpa por no haber revelado los hechos y “significativa afectación en su vida actual”. Presenta además sintomatología postraumática que cursa con un estado ansioso-depresivo, con alteraciones somáticas y repercusiones a nivel personal, familiar y social. La Fiscalía considera que los hechos atribuidos al entonces compañero sentimental de la madre de la víctima constituyen un delito continuado de exhibicionismo ante un menor de edad y otro de abuso sexual continuado a menor de 16 años. Por ello, solicita para él penas de uno y 12 años de prisión, respectivamente.En cuanto al hermano del acusado, el Ministerio Público solicita una pena de diez años y diez meses de prisión, al considerar que los hechos que se le imputan constituyen, conforme al Código Penal vigente en aquel momento, un delito continuado de abuso sexual a menor de 16 años. Además, la Fiscalía reclama que el primero indemnice a la víctima con 80.000 euros en concepto de responsabilidad civil por los perjuicios morales causados, y que el segundo abone una indemnización de 40.000 euros por el mismo motivo.El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.

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