“Nosotros discrepamos”. Es la frase que repiten, una y otra vez, casi 300 trabajadores y extrabajadores de la NASA durante una carta abierta dirigida a Sean Duffy, el secretario de Transportes de EE UU, a quien recientemente Donald Trump ha nombrado además jefe interino de la agencia espacial tras rechazar a un hombre de confianza de Elon Musk. Los firmantes del manifiesto han advertido este lunes a Duffy contra los profundos recortes al presupuesto de ciencia de la agencia —que la Casa Blanca pretende reducir a la mitad— porque eso supone una amenaza que “compromete la seguridad humana, desperdicia recursos públicos, debilita la seguridad nacional y socava la misión central de la NASA”.Además de advertir de esas “terribles consecuencias para la agencia y para el país” de los recortes que pretende hacer el presidente de EE UU, los califica de “arbitrarios” y critica que se intenten llevarlos a cabo “en contra del mandato del Congreso”, que es quien decide los presupuestos de la NASA. En un momento en el que las críticas a Trump tienen fulminantes consecuencias, los empleados de la agencia espacial recuerdan un reglamento de la agencia espacial que les permite expresar a su jefe una discrepancia formal cuando creen que una decisión contraviene y también que el estatuto de la NASA fomenta que haya esa diversidad de opiniones sin miedo a despidos y represalias.Más informaciónEn las horas siguientes a su publicación, más de 20 premios Nobel como Ardem Patapoutian se han adherido al manifiesto, denominado Declaración Voyager en honor de las sondas espaciales Voyager 1 y 2, lanzadas en 1977 para estudiar los grandes planetas del exterior del sistema solar y que todavía se comunican con la Tierra tras haber salido al espacio interestelar. Son los dos mayores iconos de la exploración científica del espacio. Y misiones de ese tipo ya no serán posibles si la NASA aplica los recortes propuestos por la Casa Blanca.La carta denuncia que los empleados están siendo presionados para tomar medidas dañinas contra la propia agencia espacial, como cancelar ese tipo de misiones de sondas robóticas de exploración científica o como llevar los recortes de presupuesto al sistema de Autoridad Técnica de la NASA, diseñado para garantizar la seguridad de los astronautas en las misiones espaciales tripuladas y para aprender de accidentes como el desastre del Columbia. “Nosotros discrepamos”, añaden los firmantes de la Declaración Voyager a cada una de esas medidas, entre las que están la cancelación de participación en misiones internacionales de cooperación en el espacio, los despidos indiscriminados de trabajadores y los recortes generalizados de investigación científica y aeronáutica.El manifiesto denuncia también la “cultura del silencio” que la dirección de la agencia espacial ha implantado en los últimos seis meses, desde el regreso al poder de Donald Trump. Horas después de la publicación de esa carta abierta, también ha sido interpretada en clave de rebelión la dimisión de Makenzie Lystrup, directora del Centro Goddard de Vuelo Espacial. El Goddard es el mayor centro de investigación científica de la NASA, y en él se han creado los telescopios espaciales Hubble y James Webb, que han llevado a otro nivel el conocimiento humano del universo, gracias al uso de estos dos instrumentos por parte de la comunidad científica internacional.A pesar de que Lystrup no ha manifestado ninguna crítica en su carta de dimisión, a ella le correspondía aplicar despidos masivos y cancelar misiones críticas para el Centro Goddard, uno de los más afectados por los recortes que quiere imponer Trump. Con su dimisión, renuncia a participar en ese rápido volantazo a la NASA que los firmantes de la carta sí denuncian abiertamente.

La NASA comienza a rebelarse contra los recortes de Trump: “Compromete la seguridad y socava nuestra misión” | Ciencia
Shares: