Aún hundido a más de 600 metros en el mar Caribe, el Galeón San José —o el tesoro que queda de su naufragio— tiene más de un par de pretendientes. Además de ser el motivo de la demanda internacional en contra de Colombia más cuantiosa de la historia, terceros involucrados históricamente con el navío colonial buscaron tener un ‘pedazo del pastel’. Sin embargo, sus pretensiones fueron rechazadas.La defensa de la Nación calienta motores para disputar en un tribunal de la Corte Permanente de Arbitraje lo que el país ha bautizado como patrimonio cultural sumergido. El juicio, agendado para el próximo 25 de noviembre, coincide con el gobierno del presidente Gustavo Petro, quien ha ondeado las banderas anticolonialistas y ha fijado en el galeón, así como en el tesoro Quimbaya (que ha reclamado de vuelta a España), un objetivo de la soberanía nacional.Fotos de la inmersión de descubrimiento del Galeón San José Foto:Galeón San JoséLa demanda, en la que están en juego más de 10.000 millones de dólares, es contra Sea Search Armada, que reclama parte del oro, las joyas y las piedras preciosas que zarparon de Colombia en 1708, por supuestamente haber dado con las coordenadas del pecio (restos de un navío), encontrado durante una expedición avalada por el Gobierno colombiano en 1982.Pero en el caso hubo —y hay— más contendientes. En 2023, los pueblos indígenas de Bolivia, las naciones Killakas, Karangas y Chichas pidieron representación para reclamar parte del tesoro. A través de una carta enviada a la Unesco, argumentaron que estuvieron vinculadas a la explotación de minerales y piedras preciosas que salieron de sus territorios ancestrales y se embarcaron en Colombia rumbo al viejo continente.La Procuraduría de ese país respaldó el reclamo e intentó intervenir en el caso ante la Corte de Arbitraje. Sin embargo, según fuentes cercanas al proceso, este diario conoció que su solicitud fue rechazada y la disputa continuó entre las dos partes iniciales: Colombia versus Sea Search. Sustento histórico no le faltaba. Esta semana, la recién nombrada ministra de Cultura, Yannai Kadamai, dio a conocer algunos avances de la investigación arqueológica que adelanta el gobierno colombiano en el fondo marino, en la cual solo el año pasado se invirtieron $18.000 millones de pesos.Aseguró que la riqueza de los restos del galeón es multicultural. “Se han identificado monedas acuñadas en Lima (Perú), espadas y vajillas chinas, lo que pone en discusión la idea de que el tesoro del galeón provenía exclusivamente de la Nueva Granada. Estas revelaciones amplían la comprensión sobre el comercio y las rutas marítimas de la época”, señaló. Para el historiador y director de Señal Memoria, Felipe Arias, los deseos de los pueblos indígenas bolivianos de obtener con el oro hundido en el Caribe una especie de reparación colectiva se basan en la noción de soberanía de hace tres siglos. En 1708, no estaban delimitados los estados latinoamericanos sino un imperio transatlántico bajo el dominio del reino de España. Galeón San José: la otra demanda en el Ciadi por el Galeón San José Foto:Archivo”Ese debate es muy bueno porque nos habla de la amplitud del comercio atlántico hace tres siglos y de cómo enriqueció a las monarquías europeas a expensas de las riquezas del resto del mundo. García Márquez en El amor en los tiempos del cólera hizo un inventario ficticio de la carga del Galeón, el cual no es tan alejado de la realidad. El galeón sale de Cartagena, pero porque este era uno de los cuatro puertos caribeños que usaba la Flota de Indias (los otros fueron Veracruz, Portobelo y La Habana). Esto hacía que en Cartagena embarcaran oro de las minas de Antioquia o Mariquita, pero también el que salía de Cajamarca, en Perú, o la plata potosina de la actual Bolivia o las perlas de la isla Margarita en Venezuela”, afirmó el historiador. Y no toda la mercancía era americana. Arias, quien coincide con la ministra Kadamai, dijo que no era raro que por la vía del Galeón de Manila a Cartagena también llegara marfil de Sri Lanka o porcelana china. De ahí el reclamo de los pueblos indígenas y la Procuraduría de Bolivia.El reino de EspañaAsí como los conquistados pidieron pista en el caso, los conquistadores han agotado todos los recursos para reclamar un navío que según ellos les pertenecía.El reino de España radicó un amicus curiae, que es un escrito realizado por terceros ajenos a un proceso, para que sus consideraciones fueran tenidas en cuenta por el Tribunal. En diciembre de 2023, esta instancia rechazó provisionalmente su participación, pero a comienzos de este año volvieron a tramitar el documento para esgrimir sus intereses.Por su parte, la extinta compañía norteamericana Glocca Morra Company, la predecesora de Sea Search y quien descubrió el naufragio en el 82, no quiere compartir el tesoro. De acuerdo con las fuentes que siguen el proceso, pidió a la Corte potestad absoluta sobre el galeón porque legalmente no quedó en firme la sucesión. Esta solicitud era conveniente para la defensa colombiana porque desestimaba los argumentos del demandante, pero fue rechazada por el tribunal arbitral. De aquí a noviembre, Colombia reunirá más pruebas para respaldar su tesis: Sea Search no halló ni estuvo cerca de encontrar el galeón San José. Para convencer a los jueces, citará a un comité especial de la Corte de Arbitraje a Cartagena para mostrar la diferencia entre las coordenadas que dio la cazatesoros y en las que, en 2015, fue localizado el navío. El descubrimiento histórico fue anunciado por lo alto por el gobierno de Juan Manuel Santos que contrató a la suiza Maritime Archaeology Consultants (MAC) para la expedición. Sin embargo, el litigio internacional parece que sigue reescribiéndose, ya que esta empresa también demandó al Estado colombiano ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi).Disidencias de las Farc derribaron un puente en el Cauca Foto:En esta ocasión, la disputa no es por el galeón en sí, sino por un contrato firmado para su búsqueda, cuyo costo el país esperaba cubrir mediante una concesión fallida. Diez años después, están reclamando no solo la deuda, sino una indemnización por daños y perjuicios por un valor total de 50 millones de dólares. Sara Valentina Quevedo DelgadoRedacción Justicia

la Procuraduría de Bolivia y hasta el reino de España
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