La Secretaría de Agricultura va a negociar el arancel del 20,91% que Estados Unidos ha anunciado para los tomates mexicanos. El titular de la Sader, Julio Berdegué, ha confirmado este martes en la Mañanera que van a empezar a “conversar y a dialogar” con su vecino del norte: “Quedan 90 días. Ya lo hicieron en el 2019 igualito que ahorita y ahí se platicó, se negoció, México se defendió, dio sus argumentos y llegó al acuerdo que estaba vigente, lo que va a pasar seguramente es que va a suceder exactamente lo mismo”. El secretario ha insistido en que este gravamen, que fue informado el lunes por el Departamento de Comercio, viene de atrás y no formaba parte del paquete arancelario que se discutía con Donald Trump, sino de una negociación que los productores mexicanos tienen con EE UU desde hace 30 años.Los frentes se multiplican para el Gobierno mexicano. Después de semanas de desgaste por la negociación de los aranceles —que permitió excluir a México de las tarifas “recíprocas” para los bienes protegidos por el TMEC—, la Administración de Trump sigue poniendo en la mesa nuevas peleas, también aquellas que implican resucitar viejas rencillas. Desde 1996, los productores de Florida han acusado a los mexicanos de hacer trampa en el precio de exportación de los tomates, es decir, los venden en EE UU por debajo del coste real para conseguir acaparar el mercado; una práctica conocida como dumping. Y desde entonces, los productores mexicanos negocian con ellos y el Departamento de Comercio el llamado “acuerdo de suspensión de una investigación antidumping”, para comprobar que no están incurriendo en estas trampas.Este acuerdo se ha renovado cinco veces en tres décadas, la última fue en 2019. Cuando a cambio de la eliminación de las tarifas, los agricultores mexicanos aceptaron que las autoridades fronterizas inspeccionaran el 92% de las importaciones y que auditaran a 80 productores cada cuatrimestre. Además de la venta de los tomates orgánicos a un precio 40% superior al de los convencionales. “Esa investigación se ha venido suspendiendo año con año, sin ningún problema. Hasta ayer”, ha dicho Berdegué.El secretario de Agricultura ha apuntado que “no es cierto” que los productores mexicanos vendan por debajo del precio real: “A nuestro juicio, nunca ha sido comprobado, pero los productores de Florida insisten en eso. El Departamento de Comercio hace su investigación y dice que sí, que están haciendo trampa, y define esta medida, que se llama cuota compensatoria —no es exactamente un arancel— de que tienen que pagar un 20,91% más cuando nos manden tomates”.El funcionario ha recordado que de todos los tomates que Estados Unidos importa, el 90% viene de México; también que seis de cada 10 tomates que se comen allá son mexicanos: “No nos pueden sustituir, porque no es que haya un montón de otros países que produzcan esta cantidad de excelentes tomates a un precio muy conveniente”. Berdegué ha señalado las consecuencias para Estados Unidos, si aplica ese gravamen: “Van a pagar más caros los tomates, les van a salir más caro sus ensaladas, su ketchup y todo”. En México, cientos de miles de empleos dependen de esta producción de tomate, especialmente en Sinaloa, pero también en Estados como Sonora.De cara a una negociación, el secretario de Agricultura también ha mencionado este martes las dos investigaciones abiertas que México tiene hacia Estados Unidos por dumping en el pollo y en la pierna de cerdo. “México se ha abstenido hasta ahora de aplicar la tarifa, que podríamos aplicar la cuota compensatoria, porque ha habido conversaciones, pero ese caso está activo”, ha dicho. “Se abre un periodo de 90 días, se va a conversar, esperamos que se renueve este acuerdo”, ha apuntado Berdegué, que reconoce: “Vamos a ver cómo termina esto”.

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