En octubre de 2023, el programador Javi López creó un juego llamado Angry Pumpkins. No tendría un valor especial si no fuera porque lo hizo sin escribir una línea de código. Y el juego tenía 600: “Lo generó ChatGPT con prompts en español tipo ‘quiero un juego tipo Angry birds’”, dice ahora a EL PAÍS. “Al final me generó el código HTML y Javascript. Funcionaba, es tremendo, y fueron solo los inicios”, añade.López no usó la IA solo para cacharrear con código y juegos. Con su cofundador, Emilio Nicolás, creó MagnificAI, una herramienta para mejorar imágenes y la mitad de su código fuente está escrito por la inteligencia artificial. MagnificAI acabó siendo vendida a Freepik por una cantidad no revelada.There’s a new kind of coding I call “vibe coding”, where you fully give in to the vibes, embrace exponentials, and forget that the code even exists. It’s possible because the LLMs (e.g. Cursor Composer w Sonnet) are getting too good. Also I just talk to Composer with SuperWhisper…— Andrej Karpathy (@karpathy) February 2, 2025
“Ya no tiene sentido hoy escribir una línea de código”, sigue López. “Mucha gente se indigna. Me decían que no podía crear un programa complicado sin nociones básicas de programación porque me iba a atascar o habría un bug [error]que necesitaba conocer la arquitectura”, dice. Desde hace unas semanas esta programación sin saber código tiene incluso un nombre: “vibe coding” o “programar por sensaciones”, “dejándose llevar”. El célebre programador Andrej Karpathy, exjefe de IA en Tesla, cofundador de OpenAI y youtuber, lo bautizó así en febrero. “Entrégate completamente a las sensaciones y olvídate de que el código existe”, escribió Karphaty en X. Y añadió: “Solo hablo, apenas toco el teclado. Pido cosas tontas porque soy demasiado vago para buscarlas. Siempre le doy a ‘aceptar todo’ y cuando recibo mensajes de error, los copio y pego sin comentario alguno, y generalmente los soluciona. Hago una app, pero realmente no es programar, solo veo cosas, digo cosas, ejecuto cosas y copio y pego cosas, y suele funcionar”.Evolución del interés global por la expresión “vibe coding” desde principios de febrero de 2025.La IA ha traído en los últimos dos años crisis de identidad para muchos oficios creativos: ilustradores, escritores, actores, diseñadores aún están tratando de entender el terremoto. Ahora, con la explosión de esta programación por sensaciones, les toca a los programadores. La revelación de Karphaty, que es una figura increíblemente respetada, ha provocado un debate enorme en la comunidad, donde voces como la de López se mezclan con programadores veteranos que creen que la máquina nunca llegará a su nivel: “Tardó en llegar el odio o miedo a los desarrolladores, pero parece que ha llegado”, dice López, que ha tenido polémicas públicas con ilustradores en IA: “No digo que no debas saber programación. Obviamente, si sabes irás más rápido. Pero escribir líneas de código no tiene sentido porque con herramientas como Cursor puedes con mero lenguaje natural ir indicando lo que necesitas y lo va haciendo. Antes de hacerlo te lo muestra como si lo hubiera hecho un programador de tu equipo y aceptas los cambios. La nueva forma de programar es hablando con la máquina, que va haciendo el código contigo”.La llegada de la programación hecha con peticiones en nuestras lenguas es la misma frontera que ha caído en otros oficios. Con herramientas como Cursor para profesionales, han surgido otras como Bolt, Lovable o Replit, que permiten programar en inglés o español de manera extremadamente sencilla. Cualquier usuario con ganas y cierta sensibilidad puede crear una aplicación o web para cualquier necesidad cotidiana. Es como el bricolaje llevado al código: ya no solo es posible montar estanterías caseras, ahora pueden hacerse programas para ordenar armarios, imaginar comida o estructurar el ocio familiar.🤯 AI Coding vs CodingLeyendo con avidez este intercambio de opiniones que ha rozado la abierta hostilidad.Me ha tocado profundamente porque tanto Pieter como Jonathan son dos de las personas que más admiro desde hace años.Os dejo mi reflexión, pero primero leed el hilo 👇 pic.twitter.com/aH0YTSy4T0— Javi López ⛩️ (@javilop) March 8, 2025
La diferencia con los profesionales se mantendrá por ahora, pero con software se pueden hacer muchas cosas distintas: “Soy ingeniero informático y tengo un equipo de programadores, pero aun así, la IA me ayuda muchísimo a acelerar proyectos personales”, dice Victoriano Izquierdo, ingeniero y cofundador de Graphext. “Antes me daba pereza ponerme porque implicaba muchas horas leyendo documentación. Programar hoy día es conectar tuberías de componentes de software que alguien ha escrito antes, no tanto escribir tu propio código como si fuera un puzle. Ahora con la IA puedo desarrollar cosas útiles en pocos días, como Calmdigest.com, que hice un fin de semana y ya usan más de 500 personas”, y sirve para enviar artículos cómodamente al Kindle.Pero habrá también usuarios valientes no profesionales que llevarán estos cambios a sus trabajos. “Mi principal característica para meterme en estos temas es ser atrevida”, dice Carolina Degiorgio, supervisora de Atención Digital en una empresa de telefonía argentina, que usa la IA para hacer mejor su trabajo, lo que choca a veces con los programadores. “Se pueden lograr cosas con un acercamiento menos sacralizado del programar. Incluso en los ámbitos en los que trabajo aún hay algo de eso que hiciste sin rituales no es serio”, y a veces programadores seniors le quitaban privilegios para que retocara herramientas laborales por temor a que creara problemas. “Siempre falta algo más que aprender y eso tiene un coste y hasta a veces la sensación de no tener el género o la edad adecuada para ser útil o valiosa en esos campos”, explica Degiorgio.El proceso de aceptación de la IA para los programadores es similar al de otros sectores: al principio fue la sorpresa de la que IA era capaz de escribir código, luego vino la calma tensa porque su código seguía siendo básico. Pero con los meses han aparecido resultados cada vez mejores. Y ahora hay que aceptar que lo que hace es perfectamente útil para muchos proyectos. “Me parece un error que una empresa no tengan Cursor o Copilot [de Microsoft]. La sensación es que vas 100 veces más rápido, es increíble”, dice López. “Por muy bueno que seas programando esto te lo hará más rápido y lo estás haciendo tú igualmente. Puede indicarle que lo estructure o refactorice de otra forma, puedes escribir tú partes del código. Me da risa cuando algún programador se resiste y dice ‘es que la calidad del código que escribe no es suficientemente buena’. Vale, pero para eso estás tú, por si algo no te gusta, y lo retocas y punto. Algunos desarrolladores están confundiendo el fin con el medio”.El software hoy puede destacar el código detrás de un satélite o programas que sostienen infraestructuras críticas. Pero hay millones de líneas de código en usos más banales, aunque también útiles. Sobre todo a la hora de imaginar posibilidades y pulir ideas: “Es algo que llega en un momento clave en el desarrollo de software”, dice Daniel Seijo, ingeniero y fundador de la plataforma educativa Hawkings. “Llevábamos una década en la que la industria se había organizado hasta el absurdo. Al final tienes a mucha gente haciendo diseños, ideas o powerpoints, y poca haciendo el trabajo final. Yo podía definir un producto, y pasárselo a un equipo que lo desarrolle. Pero cuando lo tienen, ni es exactamente lo que yo había pedido, ni lo que yo había pedido es exactamente lo que había que hacer. Sin embargo, si lo voy prototipando y la IA me da ideas por el camino, no solo me permite entenderlo mejor, sino complementarlo con cosas que no había pensado”, explica.La irrupción de la IA se piensa a menudo solo como un sustituto para nuestros trabajos, pero es posible que acabe agilizando procesos y añadiendo más creatividad en todos los ámbitos. Como con otros oficios, los más beneficiados serán los que se adapten mejor, pero la IA baja enormemente el umbral de acceso: “Las herramientas de IA relacionadas con código tienen como foco generalmente un público de programadores”, dice Gonzalo Pozzo, ingeniero y streamer argentino. “¿Alguien sin conocimiento puede hacer una aplicación funcional? Sí, seguramente. Pero de ahí a lanzarla como producto, iterarla, mantenerla, es mucho más difícil. Seguro habrá alguien, pero son los menos”, añade.Habrá seguro algún tipo de frontera, pero el acceso será menor, sobre todo para un tipo de usuarios: “No creo que nadie sin conocimientos profundos de cómo funcionan los sistemas pueda programar a día de hoy algo útil. Pero la barrera de entrada para adquirirlos se reduce enormemente. Es como si todos los textos de la facultad de Derecho estuviesen escritos para ser entendidos por ti en vez de para ser ofuscados”, dice Seijo.