La tensión diplomática por el reparto del agua que fluye por el río Bravo ha bajado este lunes de niveles tras un acuerdo entre los gobiernos de Estados Unidos y México, que las autoridades agrícolas de aquel país se han adjudicado como “un gran triunfo”. La Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana ha anunciado que “ha convenido con EE UU la realización de una serie de medidas con el objetivo de mitigar el potencial faltante en las entregas de agua de México” y ha informado que realizará “transferencias de agua inmediatas, así como durante la próxima temporada de lluvias”. La reacción de Brooke Rollins, secretaria de Agricultura estadounidense, ha sido rápida y ha calificado la decisión “como un importante triunfo para la agricultura estadounidense al lograr el acuerdo del Gobierno mexicano para satisfacer las necesidades actuales de agua de los agricultores y ganaderos de Texas”. El acuerdo anunciado este lunes se da tras una serie de reuniones técnicas entre autoridades de ambos países, que las formalizarán con el visto bueno de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA). “La sección mexicana de CILA, además, dará seguimiento tanto a la ejecución de estas acciones y a la evolución de las condiciones de la cuenca en conjunto con la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), con la meta de generar un plan para el siguiente ciclo del Tratado de 1944 que asegure el cumplimiento de los compromisos de México derivados de este y el siguiente ciclo, incluyendo un mecanismo de consultas anuales de alto nivel”, ha comentado Exteriores en un comunicado.El Tratado Internacional de Aguas de 1944 establece que EE UU debe enviar 1.850 millones de metros cúbicos desde el río Colorado al año y México 2.185 millones del río Bravo en ciclos de cinco años. El más reciente inició el 25 de octubre de 2020 y concluye el próximo 24 de octubre. La sequía en el norte del país ha impedido a México cumplir el tratado de agua con su vecino. “Con el firme deseo de continuar con el cumplimiento de sus compromisos conferidos en el Tratado de 1944, que ha sido de gran beneficio para el desarrollo de la frontera norte del país, México ha convenido con Estados Unidos la realización de una serie de medidas con el objetivo de mitigar el potencial faltante en las entregas de agua de México hacia al final del ciclo, previendo transferencias de agua inmediatas, así como durante la próxima temporada de lluvias”, ha afirmado Exteriores. “Todas estas acciones tienen como premisa fundamental el asegurar el abastecimiento para consumo humano de las poblaciones mexicanas que dependen de las aguas del río Bravo”, ha agregado.El Gobierno de Donald Trump acusó a México de incumplir su parte del tratado e hizo que aumentara la tensión diplomática entre ambos países, en medio del pánico desatado por Trump al anunciar la imposición de altos aranceles a los productos mexicanos. El acuerdo ha sido festejado por las autoridades estadounidenses como un nuevo logro de la política de presión y chantaje que ha impuesto Washington en 100 días de gobierno trumpista y la secretaria Rollins ha elogiado el “liderazgo audaz” de su jefe dentro de su política “Estados Unidos Primero”. La funcionaria ha afirmado de que “tras semanas de negociaciones con funcionarios del gabinete mexicano y el subsecretario de Estado, Christopher Landau, logramos un acuerdo para brindar a los productores texanos el agua que necesitan para prosperar”. Y ha agregado en el tono intimidatorio que caracteriza a los funcionarios estadounidenses: “Nada de esto habría sido posible sin el ferviente apoyo del presidente Trump a nuestros agricultores y su labor para exigir responsabilidades a nuestros socios comerciales”.

México y Estados Unidos acuerdan la transferencia de agua inmediata del río Bravo a los agricultores de Texas
Shares: