Han facturado 240 millones de euros en 2024 y prevén llegar a los 265 este año. Tienen más de 350 tiendas repartidas en 30 países. Pero todo se idea, se diseña y se gestiona en Inca (Mallorca) desde hace 50 años. Miquel Fluxá (Mallorca, 50 años) actual director general de Camper, ha sabido batir récords con una marca que desde hace medio siglo ha roto esquemas en la forma de comunicar y de vender zapatos. Confiesa que la clave es arriesgar, equivocarse “y no quedarse parado. Puede que estemos en un buen momento, pero hay que saber cambiar y aprender cosas nuevas”.Pregunta. Pertenece a la cuarta generación de zapateros y nació prácticamente a la vez que su padre fundaba Camper. Menuda presión.Respuesta. Mis abuelos vivían encima de la fábrica que tenían y mi padre y mis tíos nacieron allí. Era su proyecto de vida. Nosotros ya nacimos en otro contexto, ya fuera de allí. La presión viene de que a la siguiente generación se le pide ir un paso más allá, y al final mi padre y mi abuelo hicieron cosas muy gordas y muy pioneras. De todas formas intento no pensar mucho en ello. Soy de los que creen que la mejor forma de honrar el pasado es mirar hacia delante.Pregunta. En estos 50 años ha cambiado la forma de consumir, de fabricar, han nacido grupos textiles gigantes que se han comido el mercado… Y ustedes siguen ahí.Respuesta. Supongo que la clave es ser fiel a unas ideas y unos valores. De emprendimiento, de innovación, de sostenibilidad… Creer en una forma concreta de hacer las cosas y ser honesto. A veces nos equivocamos, pero es que creo que hay que equivocarse siempre. La gente se da cuenta cuando no eres honesto, si le estás vendiendo algo de una forma no auténtica. Hoy es fácil detectar cuándo algo no es genuino, y hay marcas que confunden los valores con la estética, y no tiene nada que ver. Es más, puedes cambiar tu estética, pero si mantienes tus valores, puedes llegar a muchos sitios.Pregunta. Camper nació como una marca de calzado atrevida en un momento en que España se abría a la democracia y pronto se convirtió en una de las primeras firmas españolas internacionales. ¿Cómo se percibía el Made in Spain entonces?Respuesta. Mi padre siempre cuenta que iba a las ferias y cuando decía que hacía calzado en España era complicado venderlo. En aquel momento se pensaba que en España se hacían cosas de baja calidad e incluso que se pagaba mal. Costó mucho, pero todo cambió, yo creo, primero con la entrada de España en la Unión Europea y después con los Juegos de Barcelona. Ahí ya cambió la imagen de lo que se hacía en España, definitivamente.Pregunta. Y supieron aprovechar el momento. Salieron fuera con un sistema de comunicación bastante pionero: tiendas de diseño que parecían museos y campañas publicitarias donde no aparecía ni un solo zapato.Respuesta. Fernando Amat, el dueño de Vinçon, uno de los mejores amigos de mi padre, nos ayudó de alguna forma a sentar las bases de la comunicación y del concepto de las tiendas. Él siempre decía que no había que mostrar ni mencionar los zapatos, pero había que hablar en inglés y había que utilizar el humor.Pregunta. De hecho, hace 20 años lanzaron una campaña con el lema “No lo compres si no lo necesitas”, cuando nadie hablaba aún de estas cosas, y son una empresa BCorp desde 2022, pero nunca suelen hablar de sostenibilidad.Respuesta. Porque no la entendemos como marketing. La sostenibilidad es un tema complejo y no hay soluciones sencillas para los temas complejos. Creo que lo más sostenible es comprarte un zapato y que te dure 20 o 30 años, que lo puedas arreglar… En los últimos años hemos estado también innovando con materiales reciclados y biodegradables, pero no hay nada perfecto. Lo que gasta y consume una sola persona por el hecho de vivir ya es poco sostenible… Es decir, hacemos lo que podemos. Utilizamos mucho la frase “Little Better. Never Perfect” (”Un poco mejor, pero nunca perfecto”), porque la perfección no existe.Fluxà, consejero delegado de Camper, en las oficinas de la empresa en Inca, Mallorca.Francisco UbillaPregunta. Siguen en Inca, un pueblo de interior, y pese a ser una marca global, continúan exportando una visión de la Mallorca rural en sus campañas: prefieren fotografiar a un burro como imagen de la temporada que a una celebridad…Respuesta. Bueno, Mallorca ha cambiado mucho. Desde que yo era pequeño hasta ahora ha duplicado su población. El turismo tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, pero sigue existiendo esa Mallorca rural, y la gente de oficio de toda la vida. Es lo que somos y es lo que hemos vivido, así que es lo que comunicamos. Somos muy de aquí, y hablamos de Mallorca desde el respeto. Luego es un orgullo ver cómo tus amigos de Inca cuando viajan por el mundo y se encuentran una campaña o una tienda nuestra se reconocen en ella. Aquí trabajan unas 300 personas, hay mucha gente internacional, pero la mitad o más son de Mallorca, y muchos de Inca.Pregunta. Muchos llevan trabajando en Camper toda la vida. Supongo que esa es una de las ventajas de ser una marca familiar, aunque también tendrá sus inconvenientes.Respuesta. Igual que yo soy cuarta generación, aquí hay personas trabajando de cuarta generación. Pero sí, el panorama ha cambiado mucho. Cuando yo cogí las riendas de la empresa en 2012 las principales marcas competidoras eran marcas familiares y ahora la mayoría pertenecen a un gran grupo de empresas. Lo bueno de ser una marca familiar es que la presión es otra. Puedes tomar decisiones, pensar a largo plazo, no tienes que ser cortoplacista con los resultados, puedes equivocarte… Yo, personalmente, necesito arriesgar, por ejemplo, atreverme con cosas; si no lo hiciera me pegaría un tiro.Pregunta. Cuando llegó se atrevió de hecho a contratar a directores creativos vanguardistas dentro de una marca que ya estaba muy asentada en el imaginario de la gente. Primero Romain Kremer y ahora Achiles Ion Gabriel…Respuesta. Es que aunque la marca esté en un buen momento no te puedes quedar parado. Si te quedas haciendo lo que haces solo porque vendes es probable que termines fracasando. Aquel fue un momento en el que necesitábamos cambiar. Seguimos teniendo modelos de hace 30 o 20 años, pero había que hacer algo más, ser más innovador. Hubo gente que lo entendió y gente que no, pero es necesario no quedarse quieto y probar.Pregunta. ¿Cuáles son los principales retos que se plantean en los próximos años?Respuesta. Hay muchos. Está el tema del talento joven. Es difícil encontrar gente joven dispuesta a trabajar en la fábrica o el taller. Con el tiempo te das cuenta de que trabajar con las manos, saber hacer algo, dar un servicio, es un trabajo apasionante, pero entiendo que, más aquí en Mallorca, con el turismo, la gente busque otras oportunidades laborales. Luego está como hablábamos el tema de la sostenibilidad, por ejemplo, y por supuesto esta situación incierta a nivel geopolítico… El mundo está cambiando muy rápido, pero creo que si seguimos siendo honestos con lo que somos y lo que hacemos seguiremos ahí.

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