
En 1979 el periódico Sunday Times logró un hito judicial en Europa tras una sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo que amparó la publicación de un artículo sobre la talidomida (fármaco que provocó graves deformaciones a recién nacidos) en contra del veto impuesto en el Reino Unido. Según sostiene a través de videoconferencia la abogada británica Mónica Feria-Tinta (Lima, Perú, 59 años), además de su relevancia para la libertad de prensa, el fallo fue histórico porque por primera vez esta corte internacional reconoció los derechos de una persona no humana, un periódico. Cerca de medio siglo después, desde Londres, esta destacada especialista en derecho público internacional busca ahora que el Tribunal de Estrasburgo salga en defensa no ya de una corporación con personalidad jurídica, sino de un ecosistema: el Mar Menor de España. “La condición humana no se puede entender sin los árboles, los ríos, el mar”, asegura Feria-Tinta, que ha litigado en grandes casos de crímenes de guerras, de abusos contra los derechos humanos y las mujeres, y que se ha defendido incluso ella misma como víctima por la masacre de la cárcel Castro Castro en Perú. En 2025, ha publicado el libro A Barrister for the Earth: Ten Cases of Hope for Our Future (Una abogada para la Tierra: Diez casos de esperanza para nuestro futuro), de la editorial Faber&Faber.Pregunta. Recientemente, se ha unido al equipo de abogados que representa al Mar Menor en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. ¿Por qué han recurrido a Estrasburgo?Respuesta. El Mar Menor recurre a la Corte Europea bajo la Convención Europea de Derechos Humanos para que determine su acceso a la justicia en España. Primeramente, hubo un proceso judicial en el que se invitó al Mar Menor a personarse, de acuerdo al artículo 6 de la ley española que da a este ecosistema personalidad jurídica y acceso a la justicia. Digamos que ese derecho puede ser ejercido a través de otros, pero la persona actuante es el Mar Menor. Ocurre lo mismo que con un niño: éste puede actuar a través de sus padres o tutores legales, pero es él la parte procesal. Sin embargo, tras un recurso [de la empresa acusada]la Audiencia Provincial de Cartagena interpretó de forma distinta la ley y anuló la posibilidad de que la laguna se personara directamente. P. Pero el recurso al Tribunal de Estrasburgo tiene otras implicaciones. ¿No es así?R. Efectivamente, antes que nada, el Tribunal de Estrasburgo va a tener que decidir si el Mar Menor es una persona jurídica que puede recurrir a esta corte europea. El sistema europeo es el único que permite que personas no humanas, personas jurídicas, lleguen al Tribunal de Derechos Humanos. El de África no lo permite y tampoco el Interamericano. La Convención Europea de Derechos Humanos habla de “everyone” (todos) al referirse a aquellos cuyos derechos defiende y en 1979 el tribunal de Estrasburgo interpretó que este “everyone” cubre tanto a individuos como personas legales, con el caso del Sunday Times contra el Reino Unido. Hasta el momento, las que se han beneficiado de este reconocimiento han sido las corporaciones. La novedad ahora es que, por primera vez, se ha presentado una persona ecológica, el Mar Menor. ¿Por qué un periódico sí y no una laguna, si en este caso también tiene personalidad jurídica? Este es un test para el sistema europeo, para ver qué valores protege.Feria-Tinta con la toga y la peluca (“de hombre”, apostilla) que se sigue utilizando en los juicios en Reino Unido, en la sede de Middle Temple en Londres, en una imagen cedida por ella. Antonio Zazueta OlmosP. ¿El Mar Menor puede hacer historia en Estrasburgo?R. Pase lo que pase, ya es histórico que el Mar Menor haya recurrido al tribunal de derechos humanos de Estrasburgo, pues va a obligar a pronunciarse por primera vez a un tribunal internacional sobre los derechos de la naturaleza. Este asunto concierne al conjunto del sistema jurídico. Esté uno de acuerdo o no con esta causa, se trata de resolver si todas las personas jurídicas son iguales ante la ley o no. Esto es emocionante. Creo que en España no son todavía conscientes de lo que supone la ley pionera que otorga personalidad jurídica a esta laguna.P. No todo el mundo entiende que se reconozcan derechos propios a ecosistemas.R. El derecho nunca ha sido estático y si nos fijamos en el pasado no todos los humanos han sido considerados siempre como personas. Los esclavos eran considerados objetos que se podían vender y comprar. Y las mujeres mismas por mucho tiempo no fueron consideradas personas. Hace 100 años, no ha pasado tanto tiempo, en algunos sistemas tan avanzados como el Reino Unido las mujeres no podíamos ser abogadas, porque el concepto de persona era bastante restringido.El derecho nunca ha sido estático y si nos fijamos en el pasado no todos los humanos han sido considerados siempre como personas.P. Como abogada ha conocido grandes desgracias humanas y usted misma litigó contra Perú en la Corte Interamericana de Derechos Humanos por la masacre del penal Castro Castro de 1992, que vivió estando allí encarcelada por participar en un documental. ¿No es así?R. Tendemos a pensar que los juristas desarrollan el derecho en cómodos despachos, pero en la Corte Internacional de Justicia de La Haya conocí al juez Thomas Buergenthal con un caso de genocidio y comprendí lo importante que es que los abogados que trabajan en estas causas entiendan el sufrimiento humano. Luego supe que Buergenthal fue de niño un superviviente de Auschwitz. Ahí valoré mucho más lo que me había tocado vivir a mí con la dictadura de Fujimori.P. ¿Se pueden equiparar los abusos contra los humanos y los daños al medio ambiente?R. Después de la Segunda Guerra Mundial, se vio la necesidad de poner muy claro los derechos que deben proteger a la humanidad. Es un momento muy importante en el que cristaliza la Declaración Universal de Derechos Humanos y se establecen todos estos principios, pero en mi opinión se comete un error muy grande que es disociar lo humano de su entorno biológico. Ahora, en los últimos años, se está produciendo un movimiento muy interesante por los derechos de la naturaleza, que también son vitales para los humanos. Aparte de los casos más conocidos de Colombia o Nueva Zelanda, han surgido muchos otros ejemplos. Este año en Perú se han declarado a las abejas amazónicas sin aguijón -polinizadoras vitales para la biodiversidad- como sujetos de derechos. Y, hace poco, en Escocia, se discutió en el Parlamento sobre el reconocimiento de personalidad jurídica de los ríos. P. ¿Pero qué tienen que ver los derechos humanos con un río o una laguna?R. La condición humana no se puede entender sin los árboles, los ríos, el mar. Las personas necesitan la naturaleza para ser humanos de manera completa. No se pueden disociar. En mi experiencia trabajando con grupos indígenas en Latinoamérica, el Pacífico o Asia he comprobado que no existe esa separación. Yo misma, he tenido una educación completamente occidental, pero mis raíces en Perú son indígenas, lo he visto. La condición humana no se puede entender sin los árboles, los ríos, el mar. Las personas necesitan la naturaleza para ser humanos de manera completa.P. ¿Cómo llega a considerarse una abogada para la Tierra?R. Todo cambió en el caso del bosque nuboso de Los Cedros [valioso ecosistema de Ecuador donde nuevas concesiones mineras fueron invalidadas en 2021 por el Tribunal Constitucional de este país invocando los derechos de la naturaleza]. Yo estaba acostumbrada a defender a personas y para presentar el caso a la corte empecé por buscar qué poblaciones humanas había en ese lugar que pudieran verse afectadas por la minería. Pero no había nadie, era simplemente el bosque. Un ecosistema vivo con hongos, flores, árboles, monos, el oso andino… Para mi fue como una revelación, allí había algo supervalioso más allá de lo humano. Tenía que convertirme en abogada de la naturaleza. Y la pregunta era: ¿si no se daña a la vida humana, está bien destruir eso?P. Al igual que los litigios climáticos, los casos de los derechos de la naturaleza tienen un gran impacto mediático, pero ¿sirven realmente para detener la degradación?R. Cuando empecé a relacionar los impactos del clima y los derechos humanos, la visión mayoritaria de abogados del derecho internacional era que eso no se podía hacer, que no tenían nada que ver. El primer caso que ganamos fue en el Comité de Derechos Humanos de la ONU, que en 2022 dictaminó que Australia violó los derechos de los pobladores indígenas de las islas del estrecho de Torres por su inacción climática. Ahora son muchos más los juristas que presentan litigios de este tipo en las cortes internacionales. Es verdad que todo esto va mucho más lento de lo que nos gustaría. Las élites deben decidir qué quieren: ¿que la gente salga a la calle para conseguir justicia directa o que el propio sistema sea capaz de resolver estas demandas? Como abogada, considero que el sistema jurídico tiene que responder.
Mónica Feria-Tinta, abogada: “Es histórico que el Mar Menor haya recurrido al Tribunal Europeo de Derechos Humanos” | Clima y Medio Ambiente
Shares:
