La cultura está más acostumbrada a contar historias que números. Normalmente, para expresarse, prefiere vías más cálidas: palabras, imágenes o sonidos. Pero este lunes, por una vez, las artes lo han juntado todo en un acto, incluido el presidente del Gobierno. Hubo cifras, reflexiones, fotografías, resonaron un piano y el discurso de Pedro Sánchez. “La cultura no es un lujo, es un bien público. No es un gasto, es una de las mejores inversiones, que devuelve con creces lo aportado”, dijo en la presentación ―en el Museo del Traje de Madrid― del informe Los sectores culturales y creativos en España: análisis de su valor económico, realizado por la fundación Cotec. El estudio aportó los datos: las artes crecen por encima de la economía española, aportan más que la industria textil, farmacéutica o química, son un 40% más productivas de la media y fomentan el turismo cultural, más sostenible y dispuesto a desembolsar, que ya supone uno de cada cuatro visitantes internacionales. La cita dejó, además, una instantánea: Sánchez y hasta cinco ministros, en un evento dedicado a la cultura. Ni en la gala de los Goya, Arco o la entrega del Cervantes. Toda una estampa inédita. Más información“Se ha vivido con el prejuicio de que es un sector subsidiado, que no crea empleo de calidad, ni es rentable. Los datos desmontan este mito. Por cada euro invertido en la cultura el retorno para la economía es de 1,75 euros. Tiene un efecto multiplicador superior a la construcción o el turismo”, agregó el presidente, citando el informe. El estudio da cuenta, además, de que España es el cuarto país más influyente del mundo, por detrás de Italia, Francia y Estados Unidos, en cultura y patrimonio, según el Global Soft Power Index 2025. Aunque, a la vez, recoge que las artes ocupan el sexto lugar de entre ocho políticas de gasto, según las prioridades de los ciudadanos. Y más tras la invasión rusa de Ucrania: la cultura es la que sufrió el mayor retroceso. “Una parte de la población no es consciente del impacto económico de la cultura”, apuntó Aleix Pons, director de Economía y Finanzas de Cotec. De izquierda a derecha, la presidenta de la Fundación Cotec, Cristina Garmendia, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López (en segunda fila), a su llegada a la presentación del informe ‘Los sectores culturales y creativos en España: análisis de su valor económico’, hoy en el Museo del Traje de Madrid. Jesús Hellín (Europa Press)El propio Gobierno, en realidad, ha venido aplicando esa visión a los Presupuestos Generales del Estado: a lo largo de los últimos años, la cultura nunca ha representado más del 0,3% del gasto, la cuarta partida más baja. Quizás, tras escuchar las conclusiones del informe, el Ejecutivo haya cambiado de idea. Aunque fue imposible averiguarlo: las preguntas de la prensa no estaban admitidas. Y eso que Sánchez criticó a quienes quieren una cultura “muda”, con alusión incluida al choque dialéctico entre el rockero Bruce Springsteen y Donald Trump. Hubo, eso sí, varios anuncios por parte del presidente. Todos centrados en mejorar la internacionalización de las artes, donde el informe ve un amplio potencial: por ejemplo, las exportaciones de bienes culturales crecen un 5%, frente al 33% de la economía, y el saldo neto coloca a España como país netamente importador en este ámbito. Ninguna medida, sin embargo, resulta de calado comparable con el despliegue gubernamental en el acto: un “consejo de acción cultura exterior”, formado por ministerios y organismos como el Instituto Cervantes o RTVE, que se reúna anualmente; un órgano consultivo con participación del sector, que “ayude, valore y asesore” la estrategia del Ejecutivo; una actualización del “convenio que rige el plan de acción cultural exterior”; y, finalmente, la presentación ya en otoño del propio Plan Estratégico de Acción Cultural Exterior 2025-2028. Así que, paradójicamente, la declaración más noticiosa del presidente tuvo que ver con otro asunto. “Israel no debería participar en Eurovisión”, aseguró, a raíz de las polémicas por el segundo puesto obtenido por el país en el festival, gracias al impulso del televoto, y pese al genocidio que está llevando a cabo en Gaza. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y los ministros de su Gobierno, en la presentación del informe ‘Los sectores culturales y creativos en España: análisis de su valor económico’, en el Museo del Traje de Madrid. Jesús Hellín (Europa Press)Junto con esa posible exclusión, también se habló de inclusión, gracias a una mesa redonda entre cuatro gestores: el museo del videojuego Oxo; la empresa Aptent, volcada en la accesibilidad en las artes escénicas; el evento musical Bime, que trata de hacer más sostenible y diverso el sector; o la productora audiovisual de animación 3 Doubles. Y, antes, salieron a relucir más hallazgos del informe: el salario medio de los trabajadores culturales por cuenta ajena es superior al promedio de la economía, y con menor brecha de género, aunque también hay más dispersión entre los que ganan más y los que menos, y un porcentaje de autónomos (34%) dos veces superior al conjunto nacional. Con toda la intermitencia y precarización que eso conlleva, y que el accidentado avance del Estatuto del Artista ―una serie de medidas específicas fiscales, laborales o de Seguridad Social― busca paliar desde el Congreso prometió, allá por 2018, su aprobación completa, aún por llegar. Problemas de sobra conocidos por el sector, igual que la excesiva concentración de fondos y actividades en Madrid o Cataluña o el tamaño minúsculo de la gran mayoría de empresas, también detectados por el estudio. El sector cultural, además, sufrió aún más que otros la pandemia del covid-19, pero su ritmo de creación de empleo después resulta más intenso que la media: un 17% frente a un 8%. El propio Sánchez recordó el rol clave que las artes jugaron en la vida y el estado anímico de millones de ciudadanos encerrados en su casa y amenazados por un virus global. “La Organización Mundial de la Salud ha señalado en diversos estudios el impacto positivo de la cultura en la salud mental y física”, se lee en el informe. Lo que también dio pie a otro análisis: el beneficio social que logran las artes, y la necesidad de encontrar un indicador para medirlo. “Su impacto va más allá de los productos que ofrecen”, lo resumió Cristina Garmendia, presidenta de Cotec. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su intervención en el acto. Jesús Hellín (Europa Press)“La cultura no es un adorno, no es una frivolidad. Es una industria estratégica, tenemos que dejar de mirar a estos sectores con paternalismo, sino como una de las grandes oportunidades económicas de nuestro tiempo”, agregó Sánchez. Y recordó apuestas de su Gobierno, como el plan para convertir España en “Hub Audiovisual de Europa” o el refuerzo del turismo cultural, sobre todo en áreas menos transitadas. En un momento dado, el presidente se dirigió a sus ministros: “Tenemos mucha tarea por delante”. Al menos, desde hoy, también tienen unos cuantos números.

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