Judith Sánchez Reyes
Enviada Especial.- El pueblo de Bacalar, al sur de Quintana Roo, pidió a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo detenga la obra que, desde enero de este año, la secretaria de la Defensa Nacional (Sedena) inició para construir una casa de retiro para militares que vivieron eventos traumáticos.
Pese a que hace unas horas se dio a conocer que gracias aún amparo interpuesto por pobladores de Bacalar se logró detener esta obra, piden su intervención inmediata.
En entrevista para Perspectivas Mx, María de Jesús Romero, presidenta de la Asociación de Hoteles y Restaurantes de este municipio, le hizo un llamado a la mandataria federal a pedir mayor información sobre esta edificación, la cual provocó que se realizara una excavación profunda a la falda freática y creando una plancha compacta a la laguna de 3 mil m2, sobre la que se pretende edificar una construcción de tres pisos y estar vallada por una barda de aproximadamente 4 metros.
Indicó que además del grave impacto al ecosistema de la laguna, tanto por la vibración y las ondas sonoras al momento de dragar, así como el material que se utilizará para la construcción de más de 100 metros de frente, entre otras cosa, este edificio “invade una zona sagrada para los bacalarenses: la tierra Maya”.
Frente al Fuerte de San Felipe que – por cierto, cumple 300 años el próximo 27 de abril, la también maestra le pidió a la mandataria federal no dejar a un lado lo que se ha dicho en el discurso oficial desde hace seis años: cuidar y proteger a los pueblos originarios y respetar la voz del pueblo.
“Por favor, que tome atención que voltee los ojos, que se haga realidad lo que en palabras se dice en el discurso, pues aquí queremos verlo en realidad, que se respetan la voz, porque no nosotros yo soy empresaria, peo también soy habitante y, los habitantes somos los que hemos crecido acá, pero que estamos también la voz de nuestro pueblo Maya, porque ya no es solo un problema de Bacalar, es también de todos los que se sienten lastimados y también son hermanos mayas”, dijo.
María de Jesús también le recordó a la presidenta la encomienda que le dejó su antecesor al momento de entregarle el bastón de mando:
“Voltee sus ojos a Bacalar, investigue, pues alguien, el presidente que le acaba de dejar el mando, dijo ‘el pueblo manda’. Y aquí en Bacalar el pueblo manda que esta construcción nos ofende, nos lastima”.
El valor de Bacalar
Bacalar, siendo el municipio más antiguo del estado de Quintana Roo, cuenta con un valor cultural invaluable, el cual se materializa en su laguna de siete colores y el Fuerte de San Felipe o Fortaleza, cuya construcción en XVIII fue con el objetivo de protegerse de los piratas, que paradójicamente ahora tendrá enfrente otra construcción militar.
La convivencia entre historia, cultura, medio ambiente, turismo y economía se había dado de manera natural, respetándose entre ellas; hoy está rota.
Hace unas semanas, Sandro Ciccarelli, empresario, dijo que no se debe permitir quitarle protagonismo a una de las construcciones coloniales más fotografiadas de Quintana Roo. Al contrario, se debió de considerar “la creación de una zona de amortiguación alrededor del Fuerte de San Felipe” para proteger a este monumento histórico.
María y Sandro coincidieron en que es importante que los militares retirados o que haya estado bajo circunstancia traumáticas, tengan una zona de esparcimiento “no estamos en contra de eso, son seres humanos y al dar la vida por nosotros, lo merecen”.
Pero esta casa de retiro, apuntaron, tendría mayor viabilidad a 15 kilómetros de Bacalar, que es la zona de Xtomoc, “un área donde tienen un regimiento, vamos a llamarle, hace varios años, más de 10 años, donde también entrenan a los militares, es una zona muy reservada, bastante protegida y a la orilla de la laguna”.
María de Jesús dijo que esa zona que ahora será propiedad de la Sedena, se había pensado como un “corredor turístico, público, libre para el mundo y para los de Bacalar”.
De manera preocupada, comentó que esa obra también impactará negativamente a este destino turístico “los visitantes cuando vean militares pensarán que es una base y que si están ahí, es porque Bacalar no es seguro”.
Pero no solo los empresarios y prestadores de servicio han expresado su malestar, la familia González Márquez dijo no estar de acuerdo con que se tape la vista a la laguna.
“No es solo vanidad, porque tu foto no quedó padre para el ‘feis’. Nosotros que venimos de la Ciudad de México queremos ver otra cosa que no sea concreto, contemplar el color hermoso de la laguna, tener de alguna manera ese acercamiento. La verdad nos sorprendió mucho saber que construirán algo aquí y que los señores militares son los responsables”.
En eso coincidimos totalmente, pues mi postal tampoco fue perfecta, debido a que de fondo teníamos por un lado, una “mano de chango”, y del otro, una excavadora.
Siguiendo con los testimonios, una pequeña comerciantes a quien nombraremos como Bertha, tajantemente dijo no entender el sentido de la obra, más si no hay información, si se deja de lado la transparencia.
“No entiendo el por qué y la justificación de la obra. Todo se puede hacer y se puede hacer bien, consensuando, hablando, acordando, ¿por qué violentar?. Además, cuando comienzas a ver esa condición de secretismo, te conlleva a pensar que hay algo oscuro, por eso lo ocultan”.
También se dijo inquieta, ya que el lugar donde se hará a obra “es muy inestable, eso que construyan ahí se lo puede llevar el agua en cualquier momento, entonces se va a poner en riesgo a mucha gente”.
“Por eso le pedimos a la presidenta que pida información, y sobre todo, que pregunté a quien se le hizo viable la obra y quién dio los permisos correspondientes, en una de esas nos llevamos una sorpresa”.
Cabe destacar que la población en general indicó que la Sedena asegura contar con los permisos correspondientes de impacto ambiental por parte de la secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), lideradas por Alicia Bárcenas Ibarra y Mariana Boy, respectivamente; así como del INAH.
Para Germán Gaytán la obra fue un engaño desde sus inicios, ya que se dijo que solo sería un edificio de un piso, sin embargo, los militares realizaron una excavación profunda.
“La Sedena manifestó que se trataba solo de una edificio de una planta, si así será, entonces no haces una excavación tan grande para mejorar el suelo, que es lo que hicieron los constructores, ya que esa excavación la rellenaron con material de banco y se calculan alrededor de 2000 m3, o sea que si tienen planeado hacer un edificio de más plantas y no de una sola”.
El empresario bacalareño apuntó que esta construcción además de impactar social y ambientalmente, también lo hará “en el orden jurídico, porque sin ningún permiso ni autorización empezaron a realizar la obra”.
“Está frente a un monumento histórico que tiene 300 años, ahí, que lo puedes ver desde la laguna y, además que es una obra emblemática, es como si construyeras departamentos enfrente de una pirámide o del Palacio Nacional”, comentó.
El primer paso
Después de diversas protestas, los pobladores obtuvieron, dijeron, “una pequeña victoria”, que el juez Primero de Distrito, con sede en Quintana Roo, validara el amparo que interpusieron en contra de esta construcción en la laguna de Bacalar.
El sábado pasado los trabajadores dejaron de maniobrar la maquinaria pesada, se pensó que podría deberse a que comenzaba el periodo vacacional con motivo de Semana Santa, ahora se sabe que no era así, que surtió efecto el amparo ciudadano.
Quizás, a eso se debió la presencia de un número importante de elementos de la Guardia Nacional.
Ceremonia Espiritual
Independientemente de que la obra se haya detenido, los bacalarenses una ceremonia de consagración del agua para pedir perdón a la Madre Tierra, por la herida creada con esta construcción.
Este evento cultural y espiritual se llevará a cabo el próximo 24 de abril y coincidirá con el cumpleaños del Fuerte de San Felipe y, asistirán representantes legendarios de los pueblos originarios.
“Que entiendan que esta obra es como si construyeran enfrente de un batallón militar un burdel o una narcotiendita”.