La gobernabilidad de la Comunidad Valenciana y de la ciudad de Valencia, donde el PP logró ser la fuerza más votada pero no mayoría absoluta en los comicios de mayo de 2023, está en estos momentos en manos de Vox o de disidentes de esta formación. El partido que lidera Santiago Abascal es pieza clave para sostener la mayoría parlamentaria del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, desde que la gestión de la dana del pasado 29 de octubre haya dado al traste con su crédito político. Y en Valencia, el principal ayuntamiento de la comunidad autónoma, la descomposición del grupo municipal ultra —dos de los cuatro ediles se han dado de baja del partido pero conservan el acta—, aboca a la alcaldesa María José Catalá, del PP, a gobernar en minoría.Vox, socio de gobierno del PP en la Comunidad Valenciana hasta su salida en julio de 2024, ha parado algunos golpes al presidente valenciano en los más de cuatro meses transcurridos desde la riada. Los de Vox evitaron semanas atrás que las Cortes Valencianas pidieran la dimisión de Mazón en una iniciativa presentada por Compromís y los socialistas, que barajaron en un primer momento registrar una moción de censura contra él, reclaman ahora elecciones anticipadas, mecanismo cuya activación depende del president. Pero le aprieta los tornillos en otros. Los presupuestos autonómicos para el 2025, que el PP pensó que sacaría adelante con el apoyo de la ultraderecha, siguen en el limbo y no hay rastro de ellos en el calendario parlamentario recién aprobado para las próximas semanas. No hay acuerdo.Tampoco toma forma un relevo para Carlos Mazón al frente de la Generalitat que acepten los parlamentarios ultras. La apuesta inicial de los populares por la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, diputada autonómica, para sustituir a Mazón se ha diluido; primero porque Vox no estaría dispuesto a aceptar una sustituta del president que se consolide en las encuestas de cara a unas futuras elecciones autonómicas y segundo porque dejaría vacante una plaza electoral importante como es la tercera capital española.A los guiños a favor del PP le han seguido auténticos portazos desde el partido de Abascal. Su portavoz en las Cortes Valencianas, José María Llanos, ha cuestionado las decisiones de la jueza de Catarroja que investiga la gestión de la dana en un intento de aliviar la presión sobre la Generalitat. “No tiene que considerar nada. La instrucción sirve para recabar pruebas”, valoró esta semana tras conocerse el auto en el que la magistrada citaba a declarar como investigados a la exconsejera de Interior Salomé Pradas y al exsecretario autonómico de Emergencias Emilio Argüeso. Llanos tampoco está por pedir elecciones anticipadas: “No estamos en ese escenario. Aquí lo importante ahora es la reconstrucción y no creemos que sea el momento de campañas electorales sino de ponernos manos a la obra”, ha señalado a este periódico.Mientras se dirime el futuro político de Mazón, los sondeos revelan un desgaste del PP y favorecen a Vox. En el último barómetro del Instituto 40dB. para EL PAÍS, publicado a principios de marzo, el PSOE recortaba distancias con el PP, que acumula cuatro meses consecutivos de caída en estimación de voto. Los socialistas se quedaban, con un 29,6% en estimación de voto, a 2,6 puntos porcentuales de los populares (32,2%), cuando la ventaja del partido de Alberto Núñez Feijóo en el sondeo anterior era de más de cuatro puntos. Además, de las cuatro principales fuerzas políticas que concurrieron a las elecciones generales de julio de 2023, Vox es la única que mejoraría hoy su resultado (14,1%), en casi dos puntos porcentuales. La situación de impasse parece favorecerles en las encuestas.El escenario político valenciano está plagado de incógnitas y no solo en relación con Mazón. La gobernabilidad se ha complicado en la ciudad de Valencia, donde Vox, con 4 concejales, gobernaba hasta hace unos días en coalición con los 13 ediles del PP. El socio que le daba estabilidad ha descarrilado después de que el pasado 3 de marzo el Comité de Garantías de Vox suspendiera cautelarmente a su portavoz y teniente de alcalde en la capital, Juan Manuel Badenas, que ha anunciado este jueves que se ha dado de baja del partido pero conservará su acta de concejal. La también edil de Vox Cecilia Herrero —pareja de Badenas— se ha marchado también con denuncias por desamparo e incluso acoso apuntando a la dirección de Abascal. Eel grupo municipal de Vox se ha quedado con dos ediles y los disidentes se han convertido en concejales no adscritos y hasta la fecha no han aclarado si darán apoyo al PP de Catalá. “La aritmética es la que es y a ella tenemos que atenernos”, advierte Badenas.De momento, la alcaldesa ha reorganizado el Gobierno local de Valencia para repartir las competencias de su ex teniente de alcalde y probablemente le toque volver a hacerlo tras la marcha de Herrero, que también tiene responsabilidades de gobierno. Catalá asegura que la gobernabilidad está asegurada, que puede dirigir el Consistorio en minoría y que habla con todos, también con los no adscritos. Los 13 ediles del PP y los dos de Vox suman 15 votos frente a los 16 de la oposición de Compromís y PSPV pero la duda es qué harán los no adscritos en el próximo pleno, previsto el 25 de marzo.La oposición denuncia mientras tanto inestabilidad y parálisis del Ayuntamiento. Compromís y PSPV han abandonado este jueves las comisiones informativas —donde se debaten y aprueban los asuntos antes del pleno— porque no cumplen con la legalidad, al no recoger correctamente la proporcionalidad del nuevo pleno. Papi Robles y Borja Sanjuan, portavoces de Compromís y del PSPV respectivamente en el Ayuntamiento, han advertido que sus formaciones llevarán a los tribunales al Gobierno de Catalá en caso de que no modifique la representación de las comisiones y las adapten a la pérdida de mayoría del PP. “La actual composición de las comisiones informativas del pleno es ilegal y antidemocrática”, han denunciado.

Todos los gobiernos del PP pasan por Vox en Valencia | Noticias de la Comunidad Valenciana
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