La voltereta fue de película. Un toro negro corría a toda velocidad por la zona de Santo Domingo, en cabeza de la manada, repartiendo miradas a un lado y a otro, sin perder detalle de su nueva realidad, y, de pronto, se encontró con un mozo alto y espigado que apareció por sorpresa en su recorrido. No tuvo que hacer un gran esfuerzo para levantarlo por los aires, herirlo en la pierna izquierda con su astifino pitón izquierdo y lanzarlo contra el adoquinado con toda la fuerza de un animal de más de 500 kilos, aumentada por la inercia de la velocidad. El atropello fue tan fuerte que el propio toro perdió el equilibrio y con ello la cabeza de la carrera que hasta entonces lideraba con facilidad.Más informaciónAl parecer, este ha sido el primero de los cuatro corneados por asta de toro que figuran en el primer parte médico provisional del séptimo encierro: uno en la pierna, el citado de Santo Domingo, otro en la zona lumbar, un tercero en el cuello y un cuarto que estaba siendo tratado en la enfermería de la plaza. De todos modos, la información era un poco confusa instantes después de que finalizara la carrera, aunque parece claro que ha sido el encierro más peligroso de los sanfermines de este año.Continuó compacta la manada por la plaza consistorial y la bajada por la calle Mercaderes, y antes de llegar a los tablones de la curva que da entrada a Estafeta, uno de los toros enganchó por la camiseta a un mozo peligrosamente colocado a escasos metros de las maderas, lo arrastró de modo espectacular y acabó atrapado entre varios toros que buscaban recuperar el aliento y seguir adelante.Como cada mañana, y hoy más al ser domingo, Estafeta era un hervidero de mozos y mozas, algunos de los cuales pudieron disfrutar con emocionantes carreras, y otros, los más, acabaron doloridos por las caídas, los pisotones y los atropellos de una mañana tan masificada como la de hoy.Se vivieron momentos de verdadero peligro en la zona de Telefónica, y altamente dramáticos en el vallado de entrada al callejón de la plaza. Una vez más, hay mozos que parecen hacer oídos sordos a todas las recomendaciones, y varios de ellos que estaban apostados en los tablones fueron empitonados por uno de los toros que pasaba por allí sin otra intención que buscar un hueco para seguir la carrera; pero se encontró con un cuerpo joven, lo arrastró y volteó contra el suelo.La entrada a la plaza se realizó a toda velocidad con la manada unida y asustada después de una actividad tan palpitante y diferente a los entrenamientos que estos toros realizan en el campo. Con cara de satisfacción y de no saber muy bien qué había sucedido, enfilaron el camino de los corrales y allí descansan ya los seis.Estos toros de La Palmosilla son los siguientes: Ardoso, negro, de 595 kilos de peso; Tinajón, negro, de 515; Timonel, negro mulato chorreado, 595; Opíparo, negro, 530; Sucesor, colorado chorreado en verdugo, 590, y Mirloblanco, negro listón, 575 kilos. Los seis serán lidiados a partir de las 18.30 de esta tarde por los diestros Fortes, Fernando Adrián, y Ginés Marín.Por cierto, la carrera fue rápida: dos minutos y 24 segundos, lejos de los cuatro minutos y 44 segundos del año pasado, si bien en 2024 dos toros se quedaron en el ruedo y protagonizaron momentos de verdadero peligro.Hasta hoy La Palmosilla tenía fama de nobleza y respeto por los mozos —solo un herido por asta en sus cuatro participaciones anteriores—, pero esta mañana ha cambiado su perfil, si bien los heridos había que anotarlos en la hoja de servicios de un encierro altamente masificado más que a la fiereza de los animales.

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